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Entrevistas

“DMente es un proyecto solista”

Marcelo Baraj cuenta detalles de su carrera y sus proyectos a futuro. Además, habla sobre su salida de D-Mente. 

El primer baterista de Catupecu Machu habla de todo. Recuerda los orígenes que lo llevaron a ser uno de los sesionistas más importantes y mira al futuro con el trabajo puesto entre ceja y ceja. También revela el porqué de la polémica sobre su salida de DMente.

– ¿Cuál es tu relación con el rock?

– Me crié en un contexto de jazz y música popular. El rock aparece a mis 10 años y a partir de ahí sentí que era la música que me identificaba y me hacia vibrar.

Entre los 10 y los 20 pasé por todos los estilos, mucho más por el rock alternativo. Me hice fana de The Police, de Ramones, de Metallica y de tantos otros grupos geniales. Y desde que comencé a tocar profesionalmente mis proyectos rondaron ese estilo.

Siempre digo que en mi vida tuve la suerte de estar cerca de grandes artistas de todas las ramas de la música y eso también te hace pensar y sentir la música desde otro lado. Eso me sirvió para poder abarcar los grupos con más background que otros músicos. Pero me considero rockero de alma y sigo pensando proyectos que me liguen a él.
Es una elección de vida, podría estar tocando con bandas más folclóricas o jazzeras y me muevo en el circuito rockero que es bien distinto al de otros estilos y donde me hallo.
Tengo recuerdos de muy chico de ir a los festivales tipo B.A.Rock y tener esa sensación buenísima de las bandas tocando y los backstage, etc. Pero fundamentalmente el rock me mueve como ningún otro género.

– ¿En qué estás trabajando últimamente?

– Ahora que estoy con tiempo estoy bastante dedicado a producir discos. Desde chiquito acompañaba a mi viejo a los estudios a cientos de grabaciones y a los 16 trabajé dos años en el estudio de Litto Nebbia. De ahí me quedó el amor por el sonido y la producción musical.

Además pude trabajar con los mejores productores de acá en todos los estudios y aprender mucho de cada uno. Es algo que hago muy bien y tengo la fortuna de ser obsesivo de la perfección, así que mis trabajos son muy prolijos y suenan muy bien a pesar de hacer discos con bajo presupuesto. Son desafíos y ahí se pone en práctica la habilidad de generar buenos discos con pocos recursos y poco tiempo.
Estamos haciendo un taller con mi mujer, Alina Gandini, se llama Cantaloop, es un taller de canto y percusión que hacemos anualmente.

Desde hace años hago Drum Doctor y diseño de sonidos para discos. También doy talleres de afinación de baterías, que es un área que los bateristas en general tienen poco desarrollada y es una parte importante de ser baterista. Saber afinar y hacer sonar súper bien la bata. Doy clases de batería desde hace muchos años. Me gusta transmitir todo lo que sé. Hago grabaciones como sesionistas y siempre me invitan a grabar en diferentes proyectos.

Ocasionalmente toco con Diego García (guitarra de Calamaro) y algún set con Dj Ale Lacroix tocando percusión y algunas colaboraciones a mi hermana Mariana. Estoy estable en la banda de mi mujer Alina Gandini y Hotelera. Y con muchos proyectos para el futuro, todos relacionados a la música. Esperando que surja algo que me guste para tocar en una banda. Mi propia banda la tengo en stand by, en cualquier momento arranco…

– ¿Por qué te fuiste de D-Mente?

– No me fui, me pusieron en el borde de la cornisa. D-mente es un proyecto solista, entonces no hay lugar para opinar. En un momento decidí decir las cosas como las veía y dejar de hacerme el boludo. A partir de ahí todo se puso en mi contra y mágicamente comenzaron a pasar cosas insólitas. No dio para más.

– ¿Cómo te sentiste en ese proyecto?

– En D-Mente me sentí bien, mientras pude mantener la decisión interna de poner las injusticias en un lugar en el que no me jodieran para poder seguir adelante. De cualquier manera algunas cosas buenas y gratificantes pasaron, como haber tocado y grabado con León Gieco.

– ¿Cuál es el rumbo actual que ves en el rock argentino?
– Soy del 70 y vi pasar décadas muy fructíferas en el rock nacional. Sacando a los grandes compositores, las bandas tardan 10/15 años en sonar y llegar a ser populares. Por momentos se estanca todo y de golpe surgen bandas buenas.

En general siento que está muy devaluado y empobrecido. Hay algunas bandas y solistas que están muy bien.

De todas formas cambió todo y llegar a hacer conocido un proyecto es un trabajo diferente al de hace 20 años. Creo mucho en el trabajo, el ensayo y hacer las cosas lo mejor posible para que las cosas puedan funcionar.