Coberturas

FacuRock

El sábado 7 se realizó en Tucumán el homenaje al periodista Facundo Pereyra. RFA, Karma Sudaca, Skaraway y otros estuvieron presentes. 

Texto y Fotos: Eduardo Marcé – emarce@rocksalta.com

Hace un año nos dejaba Facundo Pereyra. Para los que no lo tengan tan presente, Facundo fue el periodista que puso rock al diario tucumano La Gaceta, primero en su sección Espectáculos y después desarrollando el suplemento 4AM. Sus amigos más cercanos, junto a siete de las bandas más importantes de la provincia, organizaron un justo y merecido homenaje en Central Córdoba.

Hace bastante tiempo que no se hace un festival sólo de bandas tucumanas, y menos en un lugar de estas características; Central Córdoba es el mismo club que va a albergar dentro de poco a Divididos, y el show conjunto de Catupecu Machu y Las Pelotas. Una parada importante para una escena que, en cuanto a convocatoria, no está en su mejor momento.

Pese a estar anunciado a las 20 horas, Luis Gómez Salas dio inicio al festival a las 22.45, cuando alrededor de 150 personas ya estaban dispersas por el lugar. Por el momento alejado de los escenarios, y sin banda fija, Luis armó un combinado para la ocasión y así abrió el fuego con tres canciones propias. 

Como en una montaña rusa de emociones, al pop rock de Gómez Salas le siguió Priztik, la banda de metal que ya tiene más de veinte años de historia. A Bebe Salvatierra, guitarrista, lo unía una amistad personal de muchos años con Facundo, incluso desde sus años del secundario. A pesar de algunos problemas de monitoreo, la banda demostró su poderío con las cuatro canciones que hicieron en su set.

Siguió otra de las bandas históricas, Tripas Calientes, con Santiago Caminos, los ex Peces Gordos Chechi Bazzano e Iguana Abregu, y Panchi Lebón en la batería. Una aceitada maquinaria de rock y blues que fue acercando al público al escenario en base a su fuerza y personalidad.

Llegaría el turno de los Peces Gordos, convertida en una suerte de big band de once integrantes, con sección de vientos y coristas. Con los históricos Pablo Pacífico y el-algo-escondido-detrás-de-la-batería Luis d’Orieux (ver Rock Salta 16) al comando, abrieron el fuego con el tema que lleva el nombre de la banda, mostraron una versión 2013 del ya himno “Para mí”, presentaron canciones nuevas, y el cierre que llegó con otro clásico, el “Blues de Barrio Oeste 2”.

Al final del show de los Peces, alrededor de las 2 de la mañana, el ambiente cuasi familiar del principio dio lugar al clásico de los shows rockeros que se fueron acercando al escenario del club, de ahora en más llamado “Escenario Facundo Pereyra”, al menos para los shows de rock. Un escenario de dos metros de altura, que imponía una distancia lógica para quien quiera ver aunque sea al cantante de alguna de las bandas.

Distancia que se iría rompiendo con la llegada de Skaraway, quienes con su ska punk combativo hicieron bailar a los presentes, con la permanente arenga de Puchenko, y un movedizo Moi bailando y agitando a sus compañeros.

Dicen que el tiempo pasa rápido cuando uno se divierte, y entre las bandas y las charlas con los amigos presentes, nadie se dio cuenta de que al arrancar el show de Karma Sudaca el reloj marcaba las 3 de la mañana. Si, otra vez el fantasma de las 4 AM persiguiendo a todos. Igualmente, los Karma pudieron hacer un set con los clásicos de siempre, esos que esperan sus fanáticos, incluyendo la clásica “entrega” de Tony, dejándose caer desde el escenario (recuerden, dos metros de altura) para ser recibido por las manos de una veintena de fans apostados debajo del escenario.

Un Tony Molteni visiblemente emocionado, ya que también estaba unido a Facundo desde sus épocas del secundario en el Instituto Técnico, y por la pasión por el pincha, Estudiantes de La Plata, equipo del cual eran fanáticos.

Ni bien terminó el set de Karma, a las 3.45 y prácticamente sin chequear sonido, subió Rolo al comando de los Fackin’ Adictos, ahora rebautizados como RFA. No tuvieron muchas oportunidades de presentar su segundo disco (para el que tuvo que modificar la gráfica a último momento para poder dedicárselo a la memoria de Facundo) en Tucumán, y la ocasión hubiera sido ideal para mostrar algo del material en vivo, pero lo avanzado de la hora hizo que a la segunda canción ya estuvieran las luces del club encendidas, y que el tercero, al filo de las 4 de la mañana, sonara sólo por el monitoreo.

Como dijo Mario Tapia, director de La Imberbe, “una hora para dos bandas como Karma y R.F.A. en Tucumán es imposible!”. Consecuencia lógica de esto, las redes sociales ya se hicieron eco del conflicto, reviviendo aquel mítico enfrentamiento Karma/448.

El balance puede arrojar algunas cosas negativas, pero mucho de positivo. Poder homenajear a un amigo, con un buen show, buenas bandas, buena producción, y sin rédito comercial. En el debe quedan ajustar tiempos, establecer cuánto van a tocar las bandas y algo a lo que no se puede apuntar a la producción, que es referido al lugar.

Es una muestra más que clara de algo que sucede, no tanto con shows de bandas locales como en este caso, sino con algunas de las bandas que visitan la provincia. Una convocatoria como la de esta fecha (pongamos 500 personas en su momento más fuerte) hubiera hecho del Robert Nesta un lugar muy incómodo, pero entonces hay que recaer en clubes para tres mil personas o más, que aumentan costos de producción y con condiciones acústicas rayanas en lo lamentable.

¿Habrá más FacuRocks? ¿Será una nueva costumbre? ¿El festival local que todos estamos esperando? Interrogantes que sólo se pueden develar en el futuro. Mientras, recordemos a uno de los que aportó a la escena sin pedir nada a cambio, y menos este show, pero que de seguro lo mereció. Salud y hasta siempre, Facundo.