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Festival Estamos Felicies

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De gira por Buenos Aires, asistimos al Festival Estamos Felices, realizado por el sello discográfico homónimo. Coiffeur, Bicicletas y Nairobi, entre otros, se presentaron en Niceto.

Viernes a la noche. Estamos Felices x 7 

diego maita lopez Por Diego Maita López – dmaita@rocksalta.com

Una de las cosas que llama la atención de la Gran Ciudad es la cantidad de expresiones culturales, y claro está, la proliferación de bandas. Seguramente en relación a la densidad demográfica, hay de todo para escuchar. Uno revisa una agenda de recitales y no sabe para donde disparar. Sin embargo, más allá de la gran oferta, el viernes 16, no había mucho que dudar. El sello Estamos Felices celebraba sus siete años con un festival.

Para poco informados, Estamos Felices es un sello que surge como iniciativa de Lucas Garófalo. La idea es darle cabida a bandas que le gustaban al muchacho en cuestión y, sin querer, y moldeado por el paladar del dueño, fue moldeando un sello heterogéneo que abarca a una buena parte de la renovación que tiene el rock del centro del país (sí, vamos a evitar las pretensiones nacionales). Tal es así que dicho sello, ya ha editado, en estos siete años más de veinte títulos, entre ellos varios favoritos de la crítica local (en este caso, sí, nacional). Así, la cita del pasado viernes 16, sirvió como festejo y por qué no, como pantalla para mostrar algo del catálogo del sello. 

El show largó como a las 21 hs. y, alternándose en los dos escenarios de Niceto (llamados Lado A y Lado B, respectivamente) fueron desfilando las bandas. Lo primero que pude ver fue Jackson Souvenirs, que en realidad, fueron los últimos dos minutos de la última canción. Luego fue el turno de Coiffeur, con la primera parte de una propuesta altamente cancionera, en formato trío. Mucho sentimiento, mucha introspección, ausencia de percusión animal, sólo la laptop acompañando rítmicamente al trío (voz-guitarra, viola líder, teclas)

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Pasamos al Lado B, donde ante la ausencia de Juan Stewart, se presentó El Faraón, cantautor uruguayo. Lo primero que me llamó la atención fue la versatilidad musical, ya que el pibe tocaba muy bien la viola, y además su repertorio era bastante ecléctico, e incluso algunas letras tenían cierto aire de comicidad. No puedo dejar de ver la intertextualidad con Carca solista, u otros cantautores que dan un perfil muy distinto, por ejemplo, a Gabo Ferro. 

Luego vendrían El Robot bajo el Agua y Bicicletas, en el Lado A y B, respectivamente. Los chicos de El Robot presentaron un set de canciones muy bonitas, con letras que son inevitables, aunque esa cadencia de un pop cancionero no deja de ser algo empalagoso. En la misma senda, aunque con un perfil más arriba, y con mucho más power, pasaron los chicos de Bicicletas, una banda altamente recomendable, que tiene mucho consenso en la crítica, y que vale la pena escuchar.

Este estilo canción con el que empezó el show sería roto por Hablan por la Espalda, un grupo que gana, mas en actitud que en contenido, pero, ¿acaso el rock no es en gran parte actitud? El repertorio fue muy ecléctico, con toques punk, de rock clásico, guiños al metal y a varios momentos de los más de cincuenta años de historia que tiene el rock. Fue la mejor puesta en escena, con unos pibes que se comieron el escenario. Una buena manera de compensar otros aspectos que las bandas anteriores no habían descuidado. 

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El tramo final vino con dos bandas que también fueron muy distintas del sonido con el que abrió la noche. El lado B cerró con Humo del Cairo, un trío semi stoner que sonó muy bien, aunque claro, el nivel de ruido y distorsión evidentemente no era el que esperaba la mayoría de la concurrencia.

Y la última banda fue Nairobi. Sus créditos hablan por si solos: es una de las bandas más renombradas del dub a nivel internacional, y sus cameos con estrellas internacionales los han puesto en el centro de la escena. El grupo suena bien, ajustadito, con un muy buen trabajo en todas las facetas. Una banda muy recomendable. De todas maneras, después de ver estas muy buenas agrupaciones que representan en cierto punto la renovación del rock en Capital Federal (y que luego proyectan a nivel nacional), no tenemos que perder de vista a las bandas que en el  interior (si hablamos de dub, tenemos a El Barco del Abuelo) realizan un trabajo que es de alta factura.