En 2010, una serie de hechos bochornosos demoraron el viaje de un colectivo completo que salió desde nuestra ciudad.
Tres días en la ruta, encerrados en un micro de dudosa categoría, alimentados por bebidas que no se ofrecían en los mejores restaurantes, rodeados por el humo que salía desde el interior de sus gargantas y que por momentos se mezclaba con los gritos que arengaban un viaje a la meca del rock que terminó en la nada. En noviembre de 2010, un grupo de ricoteros de Salta no logró llegar a tiempo a Tandil para un recital del Indio Solari. Los casi sesenta pasajeros y pasajeras del vehículo vivieron momentos olvidables que paradójicamente siempre conservarán en su memoria.
La historia fue relatada en la revista Rock Salta. Allí se podía leer la historia del frustrado viaje ricotero. Acusaciones cruzadas, horas desperdiciadas, mucho faso y un destino negado.
“Esa fue una experiencia muy, muy mala”, reconocía por entonces Víctor Ramos, dueño de la rockería Morrison y encargado de organizar el viaje. “Lo único que faltó fue que les pasara algo. Con la vida de las personas no me meto más”, reconocía, decidido a alejarse para siempre de una nueva excursión bajo su responsabilidad.
Lo que sucedió el fin de semana del 12, 13, 14 y 15 de noviembre de 2010 fue el resultado de una suma de errores de todas las partes. Víctor decidió sacar una combi (que no tuvo inconvenientes) y un colectivo. Para eso contrató los servicios de Cafayate Turismo, que a su vez alquiló el micro a la empresa jujeña Master Bus.
El micro debía salir de Salta a las 12 del mediodía del viernes 12. Un día antes la empresa anunció que la salida se atrasaría para las dos de la tarde. El viaje recién arrancó a las 17.
Ya durante el sábado, día del concierto, mientras el vehículo transitaba por la provincia de Santa Fe, Gendarmería Nacional lo detuvo para hacer un control. “Cuando subió el gendarme, uno de los chicos tiró una bolsa con una piedra de marihuana al piso. El gendarme la vio y bajó a los chicos para revisarlos enteros”, relataba una de las pasajeras. El hecho sirvió para que Master Bus y Cafayate Turismo culparan a los chicos por la demora. En total, el colectivo estuvo detenido desde las 9.30 hasta las 17 del sábado. “Cuando les preguntamos a los gendarmes cuánto tiempo de viaje teníamos hasta Tandil, nos dijeron doce horas. O sea que ya era imposible llegar al recital”, recordaba la pasajera.
Teniendo en cuenta las horas de viaje que restaban cumplir, y si la detención no se hubiera producido, el colectivo habría arribado a Tandil aproximadamente a las 21.30. El concierto comenzó a las 22. “A mi entender, lo que determinó que el coche llegue tarde fue que esté ocho horas parado en la ruta después de que Gendarmería hizo un control”, aseguraba Santiago Romero, dueño de Cafayate Turismo. Los pasajeros no estaban de acuerdo.
Lo más insólito quizás haya sido que a pesar de que ya sabían que no iban a llegar, los ricoteros decidieron seguir viaje hasta Tandil. Llegaron cuando todo ya había terminado.
A las 21 del lunes 15, después de 31 horas de viaje de vuelta, el micro con los ricoteros estaba otra vez en Salta. Víctor y Romero estaban esperándolos para intentar un acuerdo que los dejara conformes.
La frustración no detuvo a los seguidores del Indio. Unos meses después, en mayo de 2011, viajaron a Junín para presenciar un concierto que valió por dos.
Leé la nota completa en el número 1 de la revista Rock Salta, de mayo de 2011.