Entrevistas

Only love can sustain

Transformada en una de las mejores bandas del país, Carajo regresó al NOA y mostró su ambicioso disco doble. Evolución sonora y amor omnipresente, sin caer en el rock cristiano.

Fotos: Martin Ázcarte

A la salida de un boliche en Salta, en la conocida zona de La Balcarce, Marcelo “Corvata” Corvalán (bajista y cantante), Hernán “Tery” Langer (guitarrista) y Andrés Vilanova (baterista), están siendo acribillados a fotos. Sobre la vereda, chicas y chicos saludan a sus ídolos, obtienen la anhelada presea en sus cámaras o celulares y se van contentos dándole lugar al siguiente. Son cerca de cincuenta pibes. Una hora atrás, Carajo volaba pelucas en el interior del local, en lo que fue su cuarta presentación en noches consecutivas. Mañana, domingo, van a finalizar en Jujuy su gira por el NOA. Con una buena onda que no evidencia el cansancio que llevan encima, marcan sus firmas en discos, posters y remeras, hacen los cuernitos reglamentarios del metal o fruncen los dientes con caras de malos. Otra foto se dispara. En realidad tendrían que estar cenando a la vuelta, en un bar que tiene todo listo para su llegada. Los minutos pasan. Para cuando Dafne, la manager de la banda, y de alguna forma la autoridad de toda la gira, se da cuenta del tacle que sufrieron los músicos en la puerta, abandona inmediatamente el puesto de merchandising que estaba guardando en valijas, y va a remediar la situación. Su hija, Julia Vilanova, terminará el trabajo, y mañana armará el nutrido local ambulante por última vez antes de volver a Buenos Aires. Son las últimas fotos en la vereda, la próximas vendrán luego de la cena, en el Meet & Greet programado por la producción local y al que accederán ganadores de concursos radiales. 

– Solo en una oportunidad vi tanta paciencia luego de un show. 

– Viste son buenísimos. ¿Qué banda era? 

Bruno Arias. Se sacó fotos con todo el mundo al terminar un recital que dio en el Teatro Provincial. 

– No sé quién es. 

A diferencia del cronista de Rock Salta, Dafne, madre de Andrés, y ex esposa y ex manager de Don Vilanova/Botafogo, no conoce al jujeño. Ella vela desde hace más de diez años por la empresa en la que se fue transformando Carajo. El año pasado analizó cada oferta luego de que la banda abandonara el sello Universal. Ahora, desde la total independencia, diagrama fechas en el Luna Park, cierra futuras giras por distintos países del continente y busca el desembarco definitivo en una plaza fuertísima como lo es México. En otras palabras, es tan importante para el grupo como el productor estrella Alejandro Vázquez, responsable de cada uno de los cinco álbumes o “bombas atómicas” (Walas dixit) que la banda sacó al mercado, incluido el ambicioso último trabajo de estudio, Frente a Frente (2013): un disco doble de 16 canciones separadas por su agresividad, que tiene el sonido carajense característico, pero además permite ver algunas nueva facetas. A esta altura, una marca del grupo, como explica Tery: “Eso vino desde el arranque, con el primero. Cuando no nos seguía nadie quisimos hacer algo nuevo y al otro disco, cuando teníamos pocos fans o poca gente que nos venía a ver, igual queríamos hacer algo distinto. Si te fijás, en cada disco pasa lo mismo. Obviamente que la presión nos la ponemos antes que nada nosotros mismos, con tratar de dar lo mejor, de hacer un mejor disco, tratar de agregar algo en cada canción. Es como una naturaleza nuestra, no nos permitiríamos hacer algo que no aporte nada nuevo, o que sea lo mismo que antes, todo nace de esa premisa.” 

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Carajo tiene huevo

La gira por el NOA inicia un jueves en Santiago del Estero. En una charla con un programa de TV local, y ante las clásicas preguntas de rigor, Corvata contará que tiene muchos parientes en esta provincia y la periodista con su camarógrafo se irán contentos con su nota de color, no se van a quedar para el show. Esta será la segunda fecha consecutiva, la noche anterior la banda se presentó en Alta Gracia, Córdoba, y en cuatro horas harán lo propio en la tierra de la chacarera. Hace nueve años que Carajo no se presenta en la provincia. “La verdad que perdimos la cuenta, se nos hizo largo, no fue a propósito, simplemente que a veces es la cuestión con los productores, o tenés que aprovechar la oportunidad, también, como este caso, que venimos con un micro de gira. Ahora hicimos la mayor cantidad de fechas posible, y la idea era esa, justamente, para ya no dejar pasar más tiempo”. El vocalista charla por primera vez con Rock Salta. Las respuestas son largas, su ritmo para hablar es su-mamente pausado, pensativo, y más de una vez derivan en otros pensamientos que no tiene mucho que ver con la pregunta en sí. Son casi las 20 y la noche esta fría. Mientras ojea la revista 19 se encuentra con la extensa cobertura del Cosquín Rock 2014, festival que los tuvo como protagonistas, pero esta vez en el escenario principal a diferencia de años anteriores. “Hay veces que te gustaría compartir escenario con tu banda favorita. En el verano del 2013 sí nos tocó el escenario Heavy y estuvimos con Exodus, Almafuerte, Mastifal y un montón de bandas que nos dijimos ‘guau, qué bueno poder estar acá’. Había historia, grandes músicos, bandas internacionales, y fue buenísimo. Para este 2014, cuando nos convocaron, nos dijeron de cambiar el escenario, y no dijimos nada. Pero después, cuando vimos que compartíamos con Jauría, Eruca Sativa, Catupecu Machu, Las Pelotas, dijimos bueno, la verdad esto también está buenísimo. Sentimos que hay una gran variedad de rock y son todas bandas súper importantes, y está bueno poder ser una de las que aporta algo distinto en esa jornada.” 

El show de Carajo en Cosquín fue bajo una tarde de lluvia y una vez más deslumbraron con potencia y claridad. El trío suena arrollador en vivo, tanto que es difícil encontrarles rivales y las comparaciones con Divididos están siempre presentes, a pesar de que los estilos sean distintos y los ex Sumo les tripliquen los años arriba de los escenarios. Un enorme logro para una banda que se formó humildemente en el 2001, luego del alejamiento de Corvata y Andy de A.N.I.M.A.L. A esa base ya probada se le sumó la guitarra de Tery, un verdadero “cerebrito” de las seis cuerdas y el sonido, con todo su arsenal de efectos característicos del nu metal.

De todas maneras, la buena fortuna los acompañó de entrada, y para su primer disco, el homónimo Carajo (2002), lograron un timing perfecto con su carta de presentación: “Saca-te la mierda”. Ese primer corte llegó en el momento justo y supo acoplarse perfectamente a la bronca reinante por esos años de crisis en el país: “Miro la TV y odio lo que veo/hay que meterlos a todos presos/tanta propaganda para/la corrupción asesinando al pueblo.” 

Como es su costumbre, tal tema va a cerrar todos sus conciertos en estas fechas por el Norte. Al final de la canción, la escena se reitera en cada punto. Gritos ensordecedores, la voz de Corvata casi desgarrada, todas las luces prendidas y los instrumentos sin emitir ningún sonido. Es el final de una descarga absoluta de sólo cuatro minutos. Como si te hubieras animado a cagarte a piñas con el que te jodió todo el año en el último día de clases. Como si estuvieras tirándole todo encima a ese jefe que te explotó durante tanto tiempo, que ni siquiera vale recordarlo. Así termina un show de Carajo. 

Algunas semanas después, en el acto por el 25 de Mayo, el power trío interpretará esa única canción en trasmisión directa para todos los puntos del país y ante una Plaza de Mayo repleta. En una Argentina aparentemente dividida, las redes sociales se inundarán a favor y en contra de su participación en un acto oficial: “Me siento re desilusionada al ver a Carajo en un acto kirchnerista”, “¿O sea que por tocar un solo tema se vendieron? Qué mente cerrada la de algunos”, “Si vamos al caso estuvieron en el RockBA del gobierno de Macri. Más allá que sea K, es una fecha patria de todos los argentinos”. En menor medida el hecho recuerda a lo sucedido con La Renga hace unos meses atrás, cuando tocaron en el mismo lugar cerrando los festejos por los 30 años de la Democracia, y en Tucumán sucedían graves incidentes por el acuartelamiento de policías.

“Este país, pobre, ha sufrido distintas etapas. Creo que en los noventa se hacía más fácil girar más seguido por el país. Fue como una explosión también en ese momento, con lo que A.N.I.M.A.L. fue. Me parece que en algún momento se parece a lo que es Carajo ahora. Porque en ese momento estaban Hermética o Rata Blanca, y todo lo que había sido Riff o Pappo. Estaba toda esa escuela de metal bien clásico y ortodoxa. Y cuando salió A.N.I.M.A.L., era una cosa distinta, nueva, que la gente mucho no entendía al principio. Y después, disco a disco, fuimos ganado ese espacio, ese respeto, y terminamos siendo una banda muy querida. Creo que con Carajo ahora paso lo mismo”. De vuelta en Santiago, la charla con Corvata continúa, parados al lado del colectivo de gira, que tiene escrito Salta La Banca (?) en su vidrio delantero, y que alquilaron para poder llevar a cada lugar su propio backline, instrumentos, luces, escenografía y el equipo de trabajo para montar y operar todo eso. En total, son una docena de personas. 

“El micro de gira nos da la posibilidad de cargar todas nuestras cosas, para estar cómodos con el show que queremos dar”, declara Tery. “Después del cuarto, si, estas más cansado, estamos más liquidados, uno trata de dormir y descansar lo más que pueda, más que nada por el estado físico y la voz, que es lo que más se reciente. Seguramente si fueran seis o siete shows, habría un día de descanso, de volver a recuperar fuerzas, pero por ahora cuando son tres, cuatro o cinco, es de un tirón”, completa, en relación a la cantidad de fechas consecutivas que suelen hacer. 

Minutos antes de la medianoche “Trágico Mundo Caído” y “Drama”, los dos temas que abren su último disco, darán inicio al show que 400 personas vivirán a mil. Para los números de concurrencia de la capital santiagueña, la fecha es un éxito. Todas las canciones son recibidas como victorias por el público, que salta, poguea, canta, aplaude y llena sus oídos de metal alternativo. 

Luego de hora y media de show y palpitando el final, el canto que arrancó en un par ya es unánime: “¡Carajo tiene huevo, tiene huevo, carajo tiene huevo!”. La banda se ve sumamente feliz. Corvata salta al ritmo y se acerca al mic para devolver la gentileza y cantar “Santiago tiene huevo”. Ya sin los retornos en sus orejas le regalan al público su medley de Pantera. Para terminar de arrasar con todo.

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Desterrando a los oscurantistas

Viernes por la noche en San Miguel de Tucumán. Para alegría de los jóvenes, ya no existe el famoso tope horario, el absurdo cierre obligatorio de las 4 AM que tantos problemas trajo al rock (ver nota a Massacre en la Rock Salta 16). Por eso, el show va a ser bien pasada la medianoche. La fecha cuenta con dos bandas locales de teloneras: R.F.A. y Vampiro Indio. Ninguna de las dos hace metal. En la previa, entonces, se escucha ska, reggae, cumbia, hardcore y punk. El afable Rolo Marín, cantante de R.F.A. e icono del rock hecho en el Norte (ver página 30), en su momento sobre el escenario decidirá no hablar de política. Pero festejará el hecho de que la movida rockera vuelva al Club Estudiantes, un típico galpón de chapa con cancha de básquet y una sola grada lateral. El reducto fue muy importante en los noventa para la siempre efervescente movida musical tucumana.

La espera por Carajo se alarga, el público se impacienta, muchos abandonan sus asientos y van a la cancha para estar bien cerca cuando empiece. Algunos toman algo desde los puestos de bebidas. Pasadas las dos de la mañana se iniciará un viaje por toda la discografía de la banda con temas ya clásicos como “Chico granada”, “Ironía” o “Triste”.

En ese sonido es difícil encontrar referentes nacionales y las influencias parece que vienen más de afuera. Corvata se expresa al respecto: “Sí, puede ser, quizás uno tiene un referente en cuanto al tipo del show y la manera que encaran las bandas de afuera pioneras, de Inglaterra, Estados Unidos. De ahí fue la cuna del rock, desde los Beatles, a Pink Floyd, pasando por Iron Maiden, los Rolling Stones, Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath. Hay una gran influencia fuerte en esos comienzos y un poco de cómo podría ser o debería ser o un verdadero show de rock. Quizás nosotros somos de mirar esos ejemplos a la hora de querer armar una gira, o querer amar un show. Pero bueno, después como colegas o como músicos, la verdad que hay un montón de artistas nacionales que nos encantan, que nos parecen genios inigualables que tuvo este país, como Spinetta, Pappo. La gente pionera de todo lo que fue el heavy metal: V8, Hermética. La banda Riff, lo que cada músico aportaba a las formaciones de Pappo´s Blues, Manal o Divididos. Nos gustan mucho los IKV, como músicos los respetamos mucho y los valoramos. Somos muy abiertos en cuanto a lo musical, nos llama la atención cuando algo está bien hecho, cuando realmente te das cuenta que hay un laburo, en cuanto a la composición, en cuanto al sonido, al show en vivo, y esas son cosas que de alguna manera nos gustan ver, escuchar. Decimos qué bueno que esta banda hace tal cosa, qué bien que montan un show, Y entonces todo es como influencia, de alguna manera”. Un vez más, las respuestas del líder son sumamente extensas, reflexivas y esquivas de la pregunta original. 

“Que dios los bendiga”, de esa forma se despide Corvata, con los Carajo, luego de su breve actuación en Plaza de Mayo, pero a eso el bajista no lo va a decir en ninguna de las fechas por el NOA. Desde hace unos años el vocalista se convirtió al cristianismo. Curiosamente, igual que Andrés Giménez, su ex compañero en A.N.I.M.A.L., ambos suelen hablar de la ‘iglesia punk’, un movimiento que en palabras para la revista Rolling Stone, “no es nada más y nada menos que una reunión de amigos donde todos tratan de ser como son”. 

– Sus letras tiene un alto contenido espiritual, cuando están escribiendo les sale hablar de eso. 

Corvata: Sí, son cosas que vivimos, que nadie está exento, hablar del amor o de la muerte, o de lo que uno espera, por lo que uno trabaja, por lo que uno lucha, creo que todo nace de lo espiritual. La música es muy espiritual porque transmite muchos sentimientos, muchas cosas. A través de la palabra, junto a la música, se logra también alcanzar los corazones, o dejar una idea clara al que escucha. 

– En El Mar de las Almas (2010) hay una frase que dice “sólo el amor te sostendrá”. Spinetta tiene un disco que se llama Only love can sustain. Es lo mismo. ¿Sabías eso? 

– C: No, no, sabia, qué bueno (mira al piso, sonríe un poco, piensa y sigue). Mirá, nosotros somos muy afortunados con los que no toca vivir, tener la suerte de subir a un escenario y que haya gente abajo esperándote, que estén esperando que hagas un disco nuevo, que quieran escuchar tus canciones. La verdad que hay como una comunión. Y quizás el amor se manifiesta de esa manera, por eso coinciden tantos artistas, desde John Lennon, Bob Marley, Floyd a su manera y Kurt Cobain a su manera también, trataban de rescatar eso. 

– Ustedes zafaron de ser considerados una banda de rock cristiano. Aparte de no transar con la idea de que el metal tiene que ser satánico, ustedes se despegaron rápidamente de todo eso. 

C: Sí, yo creo que lo nuestro tiene una raíz más humana, más personal, y después cada uno lo puede ubicar en su fe o en su creencia, o lo que sea. Todos tenemos una manera más o menos de creer o de encontrar nuestra fe, y eso es lo bueno de poder convivir. Sabemos que hay ciertas cosas en común para todos, que encierra la palabra amor, o también el compromiso, esa lealtad o ese honor que uno busca a través de su música o su arte. 

– Pero hay bandas que están muy vinculadas con el tema, como Rescate, con quien colaboraron en un disco.

Tery: Sí, pero esas son bandas que, como vos decías antes, el objetivo o su música están apuntando a ese lugar. O por ahí todos los integrantes son cristianos, y demás. Acá Carajo es una diversidad, la verdad también se trata de ser más universal. 

– Se busca más una espiritualidad que una religión puntual. 

T: Claro. 

C: Sí, así es. 

El show en Tucumán llega a su última etapa y el reloj está a punto de pisar las cuatro. El público que pogueó la veintena de temas escuchó mejor que los que decidieron quedarse sentados en las gradas. El final llega otra vez con el medley de la banda del inolvidable Dimebag Darrell, versión que los salteños de Gauchos de Acero suelen también realizar en vivo. 

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Espíritu combativo 

En Salta, el show es muy temprano. Son las 19 y el equipo técnico de la banda está preparando todo en el boliche de la zona de la Balcarce con capacidad para 800 personas. Los técnicos cuentan que están muy cansados. Anoche terminaron de desarmar todo cerca de las seis de la mañana y salieron en el micro para nuestra ciudad. Como en todas las fechas, los músicos llegarán cuando todo esté en condiciones y probarán sonido. Tery explica que a diferencia de otras bandas, prefieren hacer la prueba ellos, para ganar con-fianza y estar tranquilos en el momento del show. 

Sin banda soporte, la fecha salteña luego de tres años de ausencia inicia cerca de las 21.30. Los temas de Frente a Frente son recibidos de la mejor manera. El meticuloso guitarrista advierte al respecto: “No veo que Carajo sea una banda de fanático casual. Sí puede pasar, pero la mayoría no, y te das cuenta cuando hacemos la firma de disco. Es como muy intenso lo que la gente te hace sentir, estar ahí y ver al público tan enganchado de lo nuevo. Apenas sacás un disco y ya muchos se aprenden las canciones.” 

“Promesas” cierra el último disco, y en esta gira sirve para dividir en dos el set, y preparar todo para la furiosa despedida. La canción pone en primera voz a Tery y cuenta con la particularidad de tener la voz de Julieta Corvalan, hija del bajista, en coros. El ex A.N.I.M.A.L. se suma entonces al grupo de Ciro Martínez, Andrés Calamaro o Raly Barrionuevo, entre otros músicos, que llevan a sus hijos al trabajo. El final de “Promesas” es a puro arreglo de cuerdas. En el disco, la dirección de estos detalles de música de cámara corrió a cuenta del propio guitarrista y Alejandro Terán, gran colaborador de Charly García, entre otros artistas. En vivo todo esto sale por medio de pistas pregrabadas y los músicos aprovechan para salir de escena. Aún quedan las patadas finales de “Ácido”, “Shock” y, desde luego, “Sacate la mierda”. En Salta no hay tiempo para más. El grupo se despide desde el sumamente alto escenario del lugar. 

En la noche del domingo, en los siempre admirables Galpones Recuperados Tupaj Katari, de San Salvador de Jujuy, los músicos serán entrevistados por última vez por Rock Salta y compartirán el aire de Radio Rebelde, que funciona en el entrepiso del lugar. La fecha pintaba como la más difícil de la gira en cuanto a convocatoria, pero finalmente el público dice presente. Agitan tanto que transforman el vapor en líquido, y desde la chapas del techo caen esporádicas gotas de agua. Para no perder la costumbre, Corvata grita la-tiguillos como “tiene ganas de joder”, antes de algunos temas, y evitará otros, como dedicar “Acorazados” a las carajeras presentes. 

– ¿A pesar del cansancio y todo el esfuerzo no te pasa de extrañar las giras? 

– C: Si, cuando uno arranca la gira está entusiasmado, va con todo, y llega el segundo y tercer día y uno ya empieza a extrañar un poco y decís “qué ganas de estar en casa”. Yo tengo dos nenas, mi mujer. Soy bastante familiero, me gusta pasar tiempo en mi casa, estar tranquilo viendo unas películas, escuchar música, pasear. Pero después me pasa que llego estoy en casa, un semana, dos, y digo “¡Ya está!”. Como que te pica el bicho otra vez. Quiero subirme a un micro y salir a tocar. Disfrutamos bastante las giras, y somos conscientes de que son muy importantes, poder mostrar nuestra música en la mayor cantidad de lugares posibles. Seguir recorriendo el país, y eso también es el motor de todo.

* Entrevista publicada en la edición número 20 de la Revista Rock Salta (junio – julio de 2014), conseguí tu ejemplar desde tienda.rocksalta.com y recibilo directamente en tu casa.

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