Entrevista con I-Locks Labbé, bajista y fundador de Gondwana, previo a su actuación en el Saltá Reggae. Por primera vez en Salta, estuvieron con RS.
Reggae sudamericano, rockero y más pesado
La primera respuesta es evasiva: “Eso no es relevante”, dice amable pero firmemente cuando se le pregunta por su nombre original, el que sus padres decidieron que lleve y el que figura en su documento. “Cuando uno cambia de nombre es por una razón importante. Fue un cambio importante en la vida y fue como un nuevo nacimiento”. Listo, no se habla más del nombre anterior. “Es un final y basta”, le dijo Marge a Homero alguna vez. Este fue un nuevo nacimiento. Y basta.
Gondwana lleva 23 años tocando, desde que comenzaron en su lugar de origen, La Pincoya. Desde ese momento hasta este presente exitoso, la banda luchó, soportó buenas y malas situaciones, cambió de cantante –“como treinta veces”-, se llenó de premios y elogios y consiguió ser un referente del reggae en toda Latinoamérica.
En algún momento de la década del 80, e influenciado por The Police, I-Locks sintió la Conexión Jamaica –léase: shaméica- y abrazó para siempre la causa de Jah. “Lo que nos unía con lo que pasaba en Jamaica no era tanto la religión sino lo social. Era muy similar la historia de la gente del reggae que nosotros habíamos estudiado y era muy similar la frustración y las ganas de realizar cosas en el lugar que vivíamos”. A partir de ahí, todo fue luchar para conseguir el objetivo: tocar reggae en Chile. Para lograrlo, los Gondwana se las ingeniaron de todas las maneras posibles. Desde ganarse el mango haciendo malabares hasta las artesanías.
“Yo era artesano, costó mucho. Un amigo de esa época me ayudó a conseguir instrumentos, porque llegaban músicos a la banda que querían tocar pero no tenían con qué. Entonces, como eran tantas las ganas de hacer la banda, comprábamos otros instrumentos, que no eran los que uno quería tocar, para darle a los otros integrantes y que así se sumaran al grupo, porque era difícil encontrar músicos que quisieran tocar esta música, que no era tan conocida”.
“En Chile arrancamos en el 87, éramos casi los únicos que hacíamos reggae de una manera seria y dedicada. Fue tanto el impacto que tocábamos en todos lados y gustaba mucho, entonces la gente comenzó a conocer a Gondwana sin que haya un tema sonando o un disco grabado. Pero tocábamos mucho y eso nos hacía conocidos. Después, en el 91 o 92 grabamos un cassette independiente, que nos ayudó bastante. El ingeniero de sonido de ese tiempo me preguntó si pretendíamos llegar a algún lado ‘con eso’ (risas)”.
Durante el final de la década del ochenta y los primeros años noventa, los más duros para la banda, Chile se empezaba a desprender de la sombra pinochetista que lo había abordado desde el 73. Al igual que en nuestro país, los músicos y todos aquellos que no encajaran en el modelo de sociedad que proponía el gobierno golpista era merecedor de persecuciones. “En los años de la dictadura había una represión terrible por el pelo largo, por ejemplo. No podías tener el pelo largo. Y después, en 1990, ya en democracia, era difícil. Yo iba a ensayar y varias veces la policía me detuvo sin motivo, sólo por tener dreads. Por muchos años fue así. Son cosas que nuestra sociedad las tiene todavía, de alguna manera. No es fácil sacarse todo eso. Hay todo un trasfondo psicológico que crean esas trabas y traumas que como sociedad creo que nos vamos a demorar en sacar. Si bien ya hemos avanzado bastante, todavía quedan muchos estigmas”.
Con todo, Gondwana se hizo un lugar en la escena alternativa chilena y pudo comenzar a grabar y a hacer conocer masivamente sus canciones, a pesar de haber cambiado tres veces de cantante desde que se consolidaron como banda profesional. Ese detalle no parece importarle demasiado a su líder, quien confía en el peso específico de su creación: “No sufrimos los cambios de cantante porque la fortaleza siempre fue la banda. La que llevaba las riendas en el escenario era y es la banda. Siempre fue así. No dependió nunca del vocalista. En cualquier momento puede suceder de nuevo y va a ser lo mismo, porque la banda tiene un peso increíble y eso se ve en el escenario. El sonido de Gondwana siempre se mantuvo”.
En 1998 editan su disco debut, Gondwana, iniciando una carrera discográfica que tiene su última parada en Resiliente, de 2007. Ahora, el grupo está preparando un disco en vivo (en audio y dvd) grabado en Buenos Aires, durante un concierto reciente; más la edición de un disco recopilatorio que contará con dos temas nuevos.
La elección de Buenos Aires -más bien, de Argentina- para grabar el disco en vivo no fue casual. Durante la entrevista, y después de ella, I-Locks elogia al público argento, por su pasión y entrega en los conciertos. Esa sensación que percibieron al dar el recital que se llevará al disco, dice, es la misma que sintieron en cada lugar del país donde tocaron hasta ahora. “Hace poco tocamos en Entre Ríos. Estuvo bueno. Estábamos con Las Pastillas del Abuelo y Kapanga, y eso representaba un desafío, de alguna manera; porque era público de esas bandas; y fuimos muy bien recibidos. La gente conocía las canciones. No pensábamos eso. Creíamos que era más de las otras dos bandas pero se sabían las canciones. También venimos de tocar en Mar del Plata, Villa Gesell y Necochea y la gente fue efusiva siempre”.
Es la misma respuesta que esperan en esta primera visita a Salta. Para eso tienen preparado un show de poco más de una hora y media donde repasarán canciones de toda su carrera. “Va a ser un show bien entretenido, porque nosotros tratamos de montar en el escenario una recopilación de la música de varios álbumes hasta el último y desarrollarlo de manera entretenida, sin parar tanto, sin baches. Nos gusta que sea muy fluido. Yo creo que les va a gustar mucho”.
“Nosotros tenemos una mezcla interesante, porque somos una banda que nace influenciada por un grupo que no es de reggae, entonces hay una mezcla distinta a las que tienen bandas que nacen tratando de emular el sonido jamaiquino. Nosotros nunca intentamos eso. Al contrario: siempre dijimos que era importante tener un sello personal porque ese es el aporte de uno, como sudamericano, a este estilo de música, que es más caribeño. Gondwana suena un poco más rockero, más pesado”.
Habrá que verlos en vivo para poder comprobarlo del todo.
Para ROCK SALTA. Federico Anzardi – fede@rocksalta.com