Coberturas

Indio en Junín: implacable rocanrol

Ante una multitud, se presentó nuevamente en vivo el Indio Solari. Esta vez en Junín, donde muchos salteños asistieron a una nueva misa, esta vez sin bengalas. RS te lo cuenta.

Con un concierto impactante, el Indio Solari se presentó en Junín y rompió récords de convocatoria. El segundo show de la gira de El Perfume de la Tempestad encontró a Solari de mejor semblante respecto a su recital anterior. Arriba de un escenario que impacta cada vez más por su puesta y con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado empecinados en reafirmar su condición de banda de apoyo aplastante; el ex Redonditos ofreció un gran espectáculo.

Todo comenzó a las diez de la noche, cuando los más de 120 mil espectadores (en realidad la cifra varía, ¿importa?) provocaron una conmoción telúrica ante el inicio de “Todos a los botes”. “El tábano en la oreja” y “Ceremonia durante la tormenta” fueron las canciones que continuaron, concentrando los primeros momentos en el nuevo disco.

“Porco Rex” fue la cuarta canción, una de las más representativas de la carrera solista del Indio. Luego de la seguidilla de temas recientes apareció la primera perla: “Yo caníbal” alteró a todos los presentes, que pidieron que por favor el adiós de los Redondos no se alargue porque ya se cansaron de tanto esperar. Sin embargo, no pueden afirmar que el consuelo es de bajo nivel.

“Tarea fina”, “La hija del fletero”, y “Mariposa Pontiac/Rock del país” llenaron de felicidad el autódromo Eusebio Marcilla y fueron las canciones que prepararon el terreno para la verdadera gema de la noche: “La murga de la virgencita”, canción olvidada por los rankings, por la mayoría de los pseudo fanáticos que colman las presentaciones del Indio y hasta por el propio cantante, que desde que separó a los Redondos nunca había interpretado en vivo un tema de Momo Sampler. El tema le cayó muy bien al sonido de Los Fundamentalistas y Solari aprovechó la historia de la puta joven para pedir que “cuidemos a las nenitas del barrio, la prostitución es una elección de los adultos”.

“Martinis y Tafiroles”, otro de los preferidos de la nueva etapa siguió antes de dos canciones de El Perfume… que se perfilan como nuevos clásicos: “Vino Mariani” y “Torito es muerto”. Gaspar Benegas se destacó en esta sección.

“Pabellón séptimo” es un infaltable. El emotivo relato fue cantado por todos los presentes y Solari conmovió a todos al decir a garganta pelada que nunca ya va a olvidar a Pablo. La aparición de “Vuelo a Sidney” fue una grata sorpresa, ya que es una pieza de su carrera solista de las menos recordadas.

La ricota volvió con el medley “Nadie es perfecto”/”Ñam Fri Frufi Fali Fru”, que ayudó a contrastar la etapa solista con los rockitos imperecederos de los años de gloria.

El Indio se mostró de muy buen humor, a pesar de algunos problemas de sonido que hicieron que no se escuche del todo bien en algunos sectores del inmenso campo bonaerense. El viento y el frío tampoco ayudaron al cantante, que como ya es costumbre se disculpó por las típicas gripes que se apoderan de su humanidad antes de cada show.

“Están mal las cosas en el mundo. Había que quedarse aquí, ¿vieron?”, aseguró antes de arremeter con “To Beef or not to beef”, esa oda al exilio melancólico que se encuentra al final de El Tesoro de los Inocentes.

“Black Russian”, la canción acusada de parecerse a U2 y a Pink Floyd continuó en la lista y al igual que en Salta, fue muy bien recibida por la gente. “Por qué será que dios no me quiere?” provocó que todos los presentes “muevan el culito” y calentaron aún más las gargantas para “El lobo caído” y la excelente versión de “Cruz diablo” que hizo que Benegas, Baltasar Comotto y Marcelo Torres picaran en punta en Los Fundamentalistas.

“Vamos las bandas”, “Maldición, va ser un día hermoso”, “Juguetes perdidos” (sin bengalas), “Flight 956” y “Ji ji ji” cerraron la noche, después de dos horas y pico de recital.

Tras el final, la gente se quedó tambaleando ante la falta de anuncio de una nueva fecha, una práctica tan rutinaria como el final con el pogo más grande del mundo. Quizás, las inseguridades que convivían en la organización y el escepticismo que el mundillo rockero tenía antes del show (todos creían que se encendería pirotecnia a pesar de las advertencias) provocó cautela y se haya decidido esperar el resultado de este concierto antes de anunciar los pasos a seguir.

Por lo visto este sábado, va a ser muy difícil que se detenga el fenómeno.

Esto fue sólo un adelanto. La cobertura más completa de lo que pasó en Junín la vas a encontrar en el número 5 de la revista Rock Salta.