Coberturas

Hombre de Blues

Juan Antonio Ferreyra vino a saldar una deuda histórica con su público salteño. El show disparó diversas sensaciones sobre el público, las bandas y los recitales en Salta.

La noticia de la presencia de JAF en Salta despertó sonrisas en parte del público seguidor del rock. Cuesta creer que el hombre en cuestión no haya tocado en nuestra ciudad, y eso que su momento de fama fue importante. Pero claro, a mediados de los 90 los recitales no eran moneda corriente como empezaron a serlo desde fines de esa década.

También es cierto que la trayectoria de JAF perdió exposición pública tras los últimos destellos de “fama”, de la mano de cierta “baladización” del repertorio. Luego del disco Número 7 (1997), que cierra ese ciclo, vendrían seis álbumes más, prácticamente desconocidos por estos pagos. Así y todo, cabe señalar que la expectativa de estar frente a un tipo histórico, que formó parte de Riff, era grande.

Del show, las apreciaciones van en dos sentidos. Por un lado lo positivo: fue una muy buena presentación. Si bien la presencia de JAF sin banda, sólo con su guitarra, parecía bajar el nivel, el tipo presentó credenciales. Munido de una Gibson y una pedalera de poco valor, dio clases de manejo del instrumento. Muy corporal, expresivo y comunicativo. Tocó algunos blues, algunas baladas que la gente quería escuchar y rindió tributo a clásicos. Un riff de Zeppelin, otro de Purple, de AC/DC y vinieron “Mother” y “Another brick in the Wall”, de Pink Floyd, incluyendo una breve lección de cómo manejar el efecto de delay.

El show alternó momentos de charla con el público, le regaló una púa a una nena que cumplía dos años y sí, se notó un gran clima de emotividad en la gente, que promediaba entre los 30 y 40 años.

jaf en salta

Párrafo aparte merece la buen performance de Papa Legba, banda de covers integrada por Diego Vilte, Fabián Amerise, Pelado Vega y Ezequiel Lindow. No sólo hicieron una muy buena previa con seis clásicos del rock y el blues, sino que dieron marco para una zapada final de 3 temas con JAF. Muy bueno. Ahora bien, ¿aporta a la construcción de una escena local que el soporte sea una banda de covers en vez de una con repertorio propio? La polémica existe y existirá.

Y no es lo único a discutir, o por lo menos para pensar, tras el show del jueves. El set de JAF solista duró tan sólo 50 minutos. Sí, eso. Podríamos pensar que un show solista sin banda no se sostiene más de una hora, pero el dato objetivo es ese. Y algunos asistentes rumiaban por el precio de las entradas ($95). Salta tuvo y tendrá conciertos más caros, pero de mayor duración (Divididos, a $150, fueron más de dos horas). Pero, ¿deberíamos pagar en relación a la duración del recital? ¿Así se consume música?

En otras plazas, los mismos shows valen menos que en Salta, y más allá del razonamiento de los costos fijos, la gente no siempre llega a entender parte de la ecuación. De hecho, a la salida del show, eran alrededor de 50 espectadores (sobre 200 en la sala), los que hacían fila respetuosamente para conocer, saludar y llevarse un autógrafo de Ferreyra.

Pasando en limpio, el show de JAF, cortísimo, gustó. Sirve de disparador para reflexionar sobre cuestiones que vienen desde hace rato en una escena como la salteña que, aunque parezca, sigue sin crecer significativamente ¿O acaso alguien conoce el tipo de trato económico que reciben los teloneros?