Rescatamos la entrevista que publicamos en unos de los primeros números de nuestra revista.
En abril de 2012 publicamos el número 9 de la revista Rock Salta. Era el primero del año. La tapa era La Renga, la banda que estaba a punto de desembarcar en el NOA para continuar con la presentación de Algún Rayo, por entonces su último disco.
“Nosotros no dividimos mucho lo musical y lo no musical”, decía Tete Iglesias en el comienzo de la entrevista y dejaba claro algo que en realidad ya se sabía: los integrantes de La Renga no viven una doble vida de escenario y rutina cotidiana. Todas las experiencias se vuelvan en las canciones, la música que hacen los mantiene unidos. De eso y algo más hablaron en esta nota que hoy rescatamos.
– Han tocado bastante en Tucumán, Salta y Santiago. ¿Les produce algo esta zona del país? Quizás pensando en viajes que han hecho juntos.
– Chizzo: Sí, por supuesto. Llegar a aquellos lugares para nosotros es un flash. Hemos hecho con Tete viajes en moto que fueron antes de ir a tocar. Después, cuando fuimos a tocar decíamos “mirá, por acá pasamos”. Es un poco lejos, lo único, pero siempre que podemos vamos para allá. Es una zona que nos gusta mucho, nos transmite mucho.
– Tete: El NOA es un lugar donde íbamos siempre de vacaciones, siempre terminábamos en Jujuy, nos íbamos desde Córdoba hasta allá. Teníamos amigos en Chilecito, por el Famatina y bajábamos por la Ruta 40. Teníamos un recorrido que lo hacíamos en moto, así que ahora hacerlo con la banda es muy copado, porque uno ahora hace lo que siente, aparte de disfrutar el viaje.
– ¿Qué pasa cuando falta poco para un show? ¿Se ponen nerviosos? ¿Tienen alguna rutina?
– C: Nos encontramos en la sala. Estamos ensayando o haciendo otras cosas, hablando con colegas, amigos, o grabando. Pero claro, cuando viene la fecha, ensayamos más que nada los temas que vamos a tocar. Nervios, a esta altura ya no tanto. Lo que sí se siente es como una cosita antes de salir al escenario, ¿no? Antes de salir al escenario, sí, hay como una incertidumbre: “¿saldrá todo bien? ¿Estará todo bien afuera?”.
– T: Todos los recitales tienen su carga, su vibra, y a medida que van pasando los días y llega el momento del recital, los nervios mucho no se pueden manejar, siempre estás nervioso a la hora de tocar.
– Chizzo, ¿sos de preguntar cuánta gente está llegando el día del show o preferís salir y sorprenderte?
– C: No, qué sé yo. Si vienen dos tenemos que tocar igual. Hacemos el mismo show igual (risas). Por ahí lo que pasa es que te dicen “no, pará que todavía no entró la gente, hay cola” y ahí sí que te agarra como adrenalina y no sabés cómo hacerla escapar. Por ahí te hacen esperar y vos ya estás listo. Pero todo bien, son sensaciones que está bueno seguir sintiéndolas.
– Siempre invitan a bandas para que toquen antes que ustedes, ya sean amigos o grupos de la zona donde se presentan. Es una mano realmente grande, la que les dan.
– T: A nosotros nos gusta hacerlo, invitándolas a tocar. Quizás nunca produjimos una banda en el sentido clásico de la palabra, pero desde lo que podemos ayudar es así, invitándolos a tocar, prestarles cosas, asesorarlos a la hora de grabar, conectarlos con gente. Ahora está muy difícil para las bandas nuevas, sobre todo a la hora de tocar, ya sea por falta de lugar o diferentes trabas, se les hace muy cuesta arriba. A la hora de grabar, ahora hay más opciones. Es desde donde podemos ayudarlos y nos encanta hacerlo. En la ruta cuando quedan amigos, es porque sirvió para donde fuiste.
– ¿Cómo eligen a las bandas?
– T: La mayoría por intermedio de amigos, nos llegan discos y se va dando. Antes que pasar música grabada, está bueno que haya música en vivo. Por lo menos eso nos gusta a nosotros.
– A diferencia del resto del país se les complica tocar en Capital Federal.
– C: Sí, para nosotros está medio complicado tocar en Capital. Porque no hay un lugar que cuente con las condiciones que a nosotros nos parecen fundamentales para organizar un recital. Hay ciertas cosas con las que estamos de acuerdo, otras que no y no hay un lugar hecho solamente para recitales y que albergue tanta gente, ¿entendés? A eso me refiero.
– T: Pero mantenemos la idea o la ilusión de poder volver a tocar. Nos gustaría tocar nuevamente, tenemos muchos amigos que nos quieren ver. El problema es el lugar, que se den las condiciones para que se pueda hacer.
– No los imaginamos haciendo quince Luna Park.
– C: Claro, viste (risas).
– T: La verdad que no nos vemos tocando ahí. Lo que pasa es que los lugares que hoy se usan para que las bandas toquen no tienen mucho que ver con cómo sentimos nosotros la música y el rock. No pasa por una cuestión de espacio o de los lugares en sí, sólo que es como que tienen otra onda.
– Hablando con gente que los sigue mucho, está instalada la idea de que a ustedes les cuesta desempolvar temas viejos, de la primera época. ¿Puede ser?
– C: No, mirá: generalmente nosotros, cuando estamos presentando un disco nuevo, hacemos todos los temas nuevos. Pero hacemos una mezcla, en cada recital que hacemos, de los temas viejos, en los que se desempolvan dos o tres muy viejos, que no son de los más tocados. Y generalmente venimos haciendo eso en la gira. Y hay pibes que dicen “¡Guau, escuché ese tema por primera vez!”. Qué sé yo, la otra vez hicimos “El juicio del ganso”, “Arte infernal”, que hace mucho que no lo tocábamos. Hay temas, como “La balada del diablo” que dejamos de hacerla un montón de tiempo. Para nosotros la lista es siempre cambiante. Nunca hacemos un recital igual, viste. Aunque sea hay una variación de cuatro o cinco temas, de los viejos, sosteniendo los nuevos, que son los que estamos presentando.
– ¿Y cómo te sentís con los temas más viejos? ¿Te sentís representado todavía por eso que escribiste hace tanto tiempo?
– C: Hay algunos que sí y otros que no, pero en el sentido de que en este momento la cosa ha cambiado, la historia ha cambiado; pero no dejo de quererlo al tema porque en ese momento tuvo una energía muy fuerte de lo que sucedía. Hay temas que son de una actualidad pasada y otros que no, que son como atemporales, entonces los podés cantar. Pero siempre se vuelve, como un respeto al tema, por lo que fue en su momento. Todos los temas son queribles.
– T: Todos los temas nos identifican a pleno, en todo momento. Yo creo que a veces nos perseguimos con que los temas más viejos algunos chicos ni los conocen, a pesar que sabemos que la gente que va siempre los conoce bien. Quizás es una paranoia nuestra. A veces cuando tocamos en algún lugar de sorpresa o íntimos, nos pinta por hacer temas más viejos, como que queda más entre amigos, ¿no? Pero todos los temas son un flash.
– ¿Hay algún tema que no quieran hacer?
– C: No, en realidad, los temas más viejos, a lo mejor, son los que menos se van haciendo; pero de cada álbum se rescatan dos temas, al menos. Aunque sea, del primero, dos te vamos a hacer. Porque, viste, cada vez se van sumando más temas.
– Ustedes siempre se caracterizaron por eso, por tener un precio de entradas más barato que el promedio.
– C: Sí. La gente no tiene por qué ir a ver una banda que no le guste. Pero, de todas maneras, a las bandas nacionales hay que apoyarlas porque estamos acá. Si no viene nadie hay que ir a ver a las bandas nacionales.
– Sobre todo, pensando que hoy en día lo que más conviene es salir a tocar en vivo, no tanto la venta de discos.
– C: Y hoy el disco no funciona. El disco ya está obsoleto. No va más.
– Sin embargo, ustedes se las ingeniaron muy bien con Algún Rayo, porque lo vendían sólo con la entrada de los recitales. Eso les habrá dado un caudal de ventas mucho mayor al que hubiesen obtenido en las disquerías.
– C: Sí, igual, viste, el precio en las disquerías hubiese sido mucho más caro. Fue un combo entrada y disco que se hizo y salió. Pero no es sólo por vender el disco, sino porque para que el que nos escucha tenga el disco original. Que no lo grabe ni lo baje. Que tenga el original. Por ahí va a tener dos o tres originales si va a varios shows, pero va a tener tres originales; no es que el disco sale como sale en una disquería, sale un precio menor en un combo con una entrada.
– T: La idea surgió desde el sonido, porque nos llegaron unos MP3 que se vendían y al escucharlos vimos que sonaban para el orto. Uno que las toca y sabe como las grabó se da cuenta enseguida. Entonces la idea era que todos los que les guste La Renga tengan el disco original y escuchen el sonido que nosotros le quisimos dar a cada tema. A partir de eso quisimos que todos tengan el disco original, aunque a nivel monetario era complicado. Buscamos la manera de hacerlo y lo mejor que se nos ocurrió fue venderlo con las entradas a los shows de la gira.
La verdad que nos parecía muy injusto para nosotros mismos y para el sonido. Viste que ahora las bandas venden sus temas por teléfono, en MP3, y si vos realmente te esforzaste para buscar un sonido, al bajarlo y comprimirlo tanto no queda nada de ese sonido. A partir de eso nació la idea.
– Sería genial tener los últimos discos en vinilo.
– T: Si, el proyecto está y sigue vivo. Yo creo que Algún Rayo en algún momento va a salir en vinilo. Porque está pensado para tener ese sonido. No sabemos cuándo, pero va a salir.
– C: Sí, eso lo teníamos previsto para este último disco y bueno, quedó todo… fue un caos el asunto, hasta ahora que estamos volviendo a retomar el tema. Así que seguramente que Algún Rayo va a estar en vinilo. El vinilo, sin ir más lejos, es el mejor sonido que nosotros escuchamos. Con mucha más profundidad, una frecuencia de gama de sonidos que no se encuentran en el CD, también. Pero bueno, el long play quedó como algo restringido a cierto sector. No es masivo. Aunque a mí me encanta.
– Discos como Algún Rayo y Truenotierra quizás tendrían su sonido más apropiado en vinilo, ¿no?
– C: Sí, el long play es como que invita más a escuchar. A ponerlo en el tocadiscos, sentarse a escucharlo, ir a darlo vuelta. Tiene como una mística.
– T: Si, es otra cosa. Nosotros, si tenemos la oportunidad de hacerlo, escuchamos mucha música en vinilo, preferimos el vinilo. Las diferencias son increíbles, podés darle el volumen que quieras, hasta donde quieras, y el sonido sigue intacto.
– ¿Y qué expectativas tienen a la hora de girar por otros países? ¿Quieren darse a conocer o simplemente se quieren dar el gusto de salir del país?
– C: Más que nada son fechas que salen por proposiciones que nos hacen de esos lugares. En realidad es bueno para la banda salir de su raíz y conocer otros lugares, otra gente, ver cómo reaccionan, cómo te reciben. Más allá de lo redituable, olvidate. Para nosotros es una cosa que va más del hecho de la aventura, del corazón, de ir a conocer y que si se da que pegamos en un lugar, está todo bien.
– T: Se genera un clima distinto (en el exterior), pero nosotros ahora tenemos la suerte que a donde vamos a tocar siempre está todo lo que pedimos y necesitamos en el aspecto técnico. Quizás, antes nos ponía un poco nerviosos no saber con qué íbamos a contar a la hora de tocar. Por otro lado, todo lugar nuevo genera un nerviosismo, o más bien una curiosidad, porque nosotros viste que manejamos mucho el lunfardo, el ida y vuelta con el público, que en otros lugares por ahí no se vive de la misma manera. Entonces no sabemos muy bien como entenderá la gente las cosas.
– Es como le pasa a Alex Lora, de El Tri, en Argentina, que a veces no lo terminan de entender.
– T: Claro, son cosas muy comunes que se hablan en tu país, en tu ámbito, que en otros lados te dicen “¿Este boludo qué está diciendo?”.
– Y con un público distinto hasta capaz que no sabés qué temas tocar.
– C: No, nosotros hacemos los temas que queremos y hacemos el show que queremos. Cuando vamos, vamos como una banda argentina. No nos adaptamos al lugar que vamos. O sea, somos como somos y los temas que tenemos ganas de hacer los hacemos. No porque vayamos a Brasil vamos a hacer carnaval carioca, y esa onda (carcajadas).
Entrevista publicada en el número 9 de la revista Rock Salta, de abril de 2012.