Crear mundos paralelos es muy frecuente, ya que a todos en algún momento nos intriga conocer los posibles desenlaces de las decisiones diferentes. Lo hacemos simplemente para aliviar nuestro ego o para situarnos de repente en un lugar de la historia. En fin, ganas de enroscarse.
Y esto pasa porque no te gusta el lugar que te tocó, o sólo el hecho de formar parte de algún movimiento musical copado (cómo me hubiese gustado estar en los tiempos de Osvaldo Civile, con los vikingos de Noruega, con el verdadero black metal), compartir un cartel anti guerra con Lennon, o una clase de baile con James Brown. Y así miles de mundos que seguramente estarían uno mejor que otro, pero a la historia no podríamos modificarla completamente, ya que sólo serían eventos.
Lejos de quedar solos en este divague, los músicos también crean mundos. Ellos piensan en la separación y la futura posible reunión de una banda que ni siquiera se formó, o vivir en la India y que en una fecha floja vayan treinta mil personas.
Blanqueando el exitismo, y lo poco que apuestan a la permanencia de un estilo, de una idea. O de vivir en la India, jajaja. Cantar contra el capitalismo viviendo en Miami también es una gran contradicción, no nos engañemos ni creamos ese versito.
Entonces van quedando muchos espacios vacíos (y ya sabemos que a los espacios vacíos el gobierno los rellena con Gaby Morales, Mi Karma o David Leiva), publicitados mensajes superficiales, piezas flojas. Y a todo esto que ya no es como antes, el público lo supo catalogar como falso rock o falso metal. Público que también es falso público, porque regatear y quedarse de escabio afuera no te da derecho a decir nada.
Basta de randomear la música, basta de respuestas generalizadas: “Me gusta todo tipo de música”. Hacete cargo. Te gusta Pablo Milanés, bueno, está bien, tiene mucho más rock que Pier. No te preocupes, nena, hay cosas peores.
Y así como crece lo malo, lo bueno también, ya que tenemos varios bastiones nacionales que desde la independencia, en todos los sentidos, saben mantenerse vigentes. No sólo el tiempo te da esa sabiduría para ser un viejo lobo, sino el estudio, la coherencia, la humildad.
Saludamos a Perro Ciego, Santuario, Grupo Niebla, Pogrom, que tanto han hecho y hacen por la música del Norte argentino. Este viaje imaginario va llegando a su fin en este género que tantos buenos momentos nos dejó.
Momentos de resistencia, de esperanza, de asados, de mucha alegría, de corazón.
Publicado en la revista Rock Salta Nº21, en el mes de enero de 2015