Con “Todoterreno”, Kapanga suma nuevas composiciones para su cancionero fiestero y veraniego, sin innovar y sin demasiadas pretensiones. RS te cuenta más.
Casi once años y cinco discos de estudio (además de un CD/DVD en vivo) pasaron entre el “El mono relojero” (éxito inspirado en Eduardo Duhalde) y “Todoterreno”, lo nuevo de Kapanga.
Son doce temas y dos instrumentales que recorren lugares ya explorados anteriormente por la banda. Tanto “Se va” (canción que abre el disco) como “El albañil”incluyen ese acordeón fiestero que ni bien suena, cualquiera puede decir “ah, esto es Kapanga”. Hay también ska pegadizo (“Solos en la puna” y “Miro de atrás”, el primer corte); lentos abolerados y dulzones, como para la sala de espera del psicólogo (“Agua en Marte”, “Mío” y “Ruta”, cantado por Mike, virtuoso guitarrista); y buen humor, como la notable “Araceli”, que arranca, cual Palito Ortega, pidiendo justicia, mejoras ecológicas, en hospitales y en educación, pero en el estribillo admite que “si Araceli se viene conmigo, no me importaría que se derritieran los polos, inundando todo el planeta, con agua muy fría”.
Esta factoría de hits fue posible por el aporte de Alfredo Toth y Pablo Guyot, responsables -desde la producción artística- de un buen puñado de grandes éxitos surgidos en las últimas dos décadas.