Entrevistas

El dinero no es todo

Luca Makonia cuenta la intimidad de su operativo retorno. Euforia, ansiedad, carteles gigantescos y ganas de patear culos otra vez, dominan el regreso de una de las bandas más importantes de la escena salteña.

La cosa nunca quedó muy clara. El único indicio de la separación fue un mensaje, autocrítico, de Genaro Alfarano, el baterista. Desde su Facebook, se mostró como el responsable, argumentando inmadurez, falta de visión y hasta arrepentimiento. Alta honestidad. A esta altura, nadie sabe si fue un gesto genuino u otra joda, otro juego que buscaba alterar el sentido de la realidad, como varias veces ocurrió.

Luca Makonia dejó los escenarios hace poco más de año y medio, tras un 2010 donde tocaron mucho, con gira mediática por Bolivia incluida. Fue tras ese viaje donde comenzó a desinflarse el asunto, de manera súbita. Y no dejó de llamar la atención. Para ese momento su convocatoria era muy alta (por lo menos para los criterios de masividad del rock salteño): eran los únicos que podían llegar a igualar a Perro Ciego. Incluso, esta banda de orígenes punk había sido gran protagonista en el recambio generacional del público rockero local.

El domingo 23 de diciembre es la fecha elegida para poner en marcha el operativo retorno. Con una ambición inusitada para el rock salteño, Luca Makonia volverá sobre el escenario de La Estación Mega. Allí se reencontrarán con un público que siempre los acompañó.

El clima distendido, de sábado a la noche, se interrumpe por la euforia y la ansiedad que impregnan la charla. Genaro, Horacio Corimayo (guitarra y voz), y Beto de la Fuente (bajo), hablan descontracturados, con la inconsciencia propia de quien está encarando algo más grande de lo que parece arriesgar o que es más pequeño de lo que parece.

– ¿Cuáles son las expectativas y las ganas en torno a la vuelta de la banda?
– Horacio: A mí esta previa me genera cualquier sentimiento: ansiedad, cagazo, entre otros; pero más que nada, esto lo estamos haciendo de locos nomás, de mandados, porque no es financieramente redituable. Estamos yendo a perder y nos ponemos felices porque las expectativas son buenas, porque le estamos poniendo onda.
– Genaro: Lo que hacíamos siempre, pero ahora es como con más compromiso que nunca.
– H: Y aparte la banda tiene como… estamos más grandes, más crecidos.

– ¿En qué momento tomaron la decisión de volver?
– H: Yo les mandé un mensaje a los vagos, porque venía de un embole total. Venía del proyectito de New Rusia (a la Vinagrét, ver Rock Salta Nº 10), que la venía remando y bueno, al último yo venía a otro ritmo, los vagos no me seguían, hasta que me llegué a hartar. Entonces nos hemos separado, yo me he puesto a tocar, y la Jimena (N. de la R: su esposa) me decía “mi amor, tiene que volver Luca Makonia”.

– O sea que Jimena sería una especie de anti-Yoko Ono salteña.
– Beto: Claro, por ella nos unimos.
– H: Es más, un par de minitas decían que Luca Makonia se había separado porque yo me había casado con la Jime, y ella me decía: “¡no! Salí a decir la verdad”. Yo sabía que Genaro estaba cambiado, y el Gordo (Beto) también; porque los tres hemos pasado por experiencias que te rescatan, eso de volver de nuevo al piso. Porque estás solo, ya no nos teníamos los tres, ni al nombre de Luca Makonia para que te abra las puertas. Entonces dije “les mando mensaje y ya”, como temblequeando.
– G: Y yo te respondí al toque. Y estuvo bueno porque era como obvio que nos íbamos a juntar, y después arrancó ahí.
– B: Yo me acuerdo que unos meses antes, como que yo venía con un poco de ganas de otra rockeada, yo estaba tocando con los (Mister) Royers, pero sentía que había una especie de limitación, en cuanto a lo musical, por lo que era para chicos. Igual, las canciones que hacía no las pensaba para chicos.
– H: Ahí hay un temita que era una idea para Luca Makonia (“Pini”, del disco de los Royers).
– B: ¡Claro! Y recuerdo que un día estábamos en mi casa, y creo que te había dicho que estaría bueno que nos volvamos a juntar, y vos me decías que faltaba que se alineen los planetas. Y yo me acuerdo que te decía que era como que estábamos nosotros dos y el Genaro. Y yo te decía que Genaro debe estar esperando que nos volvamos a juntar. Te decía que nosotros éramos como las perras, que cuando nos pongamos en celo, el va a querer culear sí o sí. Dependía
de que nosotros nos pongamos en celo. Y como que yo me empecé a encelar antes. Yo sabía que con el que tenía que hablar de la vuelta era con el negro (Horacio). Genaro era la mina “pava”. Pero tampoco desesperado. Y yo me voy de los Royers, se termina New Russia, y ahí es como que fue la alineada.

– ¿Hace cuanto tomaron la decisión?
– B: Yo tengo el mensaje (busca en su celular y lee): “Tenemos que volver a patear culos, putos, no levanten la perdiz, no digan a nadie, organicemos una juntada para charlar, un beso”. A las 18.22 del 13 de julio de 2012.
– G: Está bueno porque nos tomamos nuestro tiempo.
– H: Había como una idea, que vos tirabas (a Genaro), de que toquemos antes, pero yo les dije que no, yo quiero que la banda suene terrible, que nos guardemos, que ensayemos. O sea, yo ya estoy grande, eso le decía hoy al Morocho (N.de la R: Cristian “Morokiox” Romero, personaje conocido de la escena local). Las ganas de hacer eso fue la vuelta, que la banda sea en serio. Yo le decía a los vagos “cuando grabemos, tenemos que estar al nivel de las bandas yanquis”, no por comparar.
– G: Con ese nivel de compromiso, de profesionalismo.
– B: Quizás con la música tardé más en sacarme la ficha que es cuestión de ensayo, y eso es Soda Stereo, Michael Jackson. Se puede llegar a cualquier nivel, sólo depende de las ganas que vos le pongas. Es como esas competencias de los yanquis que compiten de baile, de grupos de a muchos. A veces te preguntás cómo hacen para bailar así, pero esos vagos deben volver de la tele, y desde las 6 de la mañana están ensayando de vuelta.
– G: Yo te voy a decir la verdad, porque todo eso es mentira. Vino un tipo que tiene mucha guita y nos está poniendo un palo a cada uno. Nos dijo: “Vagos, tengo tres lucas verdes para ustedes” (risas). 

El 23D

– ¿Cómo están preparando el show del 23 de diciembre?
– G: Vamos a poner el mismo sonido que las bandas de Buenos Aires, para sonar como tiene que sonar. Nos hemos conseguido una persona, Miguel Petito, que está laburando con nosotros ahora, que nos va a armar una planta de escenario.
– H: El está trabajando con nosotros, es un Luca Makonia más. Ahora somos cuatro. Y también Seba Magnasco nos da una mano con consejos.

– ¿Habrá invitados o van a tocar solos?
– G: Somos los tres nomás, la esencia, los que hemos sido siempre.
– H: No es que no me guste invitar, pero a mí me gustaría invitar alguien que de verdad quiera, no sólo por camaradería.
– G: Lo hicimos dos veces nomás, con Javi Rock (Javi Pastrana, violero de Madre T-Rezo) y con Salchi (Marcelo Dique, violero y cantante de Perro Ciego).

– ¿Y qué onda con las canciones de siempre?
– B: El otro día hablábamos que los temas viejos, los cuales amo y siempre me van a gustar; no nos representaban en lo que somos hoy. Y obvio que hoy somos lo que somos gracias a esos temas. Pero quizá la gente que nos escucha, no en vivo, tiene una visión de la banda que quizá no es la de hoy.

– Necesito otro caballo ya es un disco rupturista, en relación a la discografía inicial.
– H: Sí, es muy loco, porque fue muy experimental, porque se nos presentó la oportunidad tras ganar el concurso (La Batalla de Salta Rock, de FM Natura), de grabar los temas, y hemos arreglado los temas ahí nomás. A mí me hubiera gustado grabarlo mejor.
– G: Fue grabado así, con una afinación cualquiera.
– B: Claro, afinábamos de acuerdo a lo que podíamos cantar. Era como decir “tocalo en Do, pero subilo un poquito más”, no podés seguirlo con una guitarra
afinada normalmente.
– H: No existía la cultura del afinador, eso nos pasó una vez en Mendoza, era cualquier cosa. 

La imagen es todo

– Hicieron una producción de fotos importante para el regreso. ¿Cómo surge ese concepto visual?
– B: Es que siempre fue como basándonos en que nos dé risa. Eso es lo que impulsa. Una vez, cuando cumplimos unos años nos dejamos los bigotes, porque nos imaginamos que iba a ser gracioso.
– G: Tocamos de traje en el Teatro de la Fundación, cuando hicimos el homenaje a Los Beatles; pusimos un toro mecánico en la puerta de Beel Zebul y bueno, la de ahora es más exagerada.

– Claro, pero además es bizarro: es imposible que una banda de rock de Salta se junte por la plata.
– G: Pero ojo que hay gente que cree que hay algo de eso. Pero en las fotos, es sidra incluso. Y las fotos salieron así, de una joda. Y salieron tal cual, como las habíamos flasheado.

– ¿Donde fue la producción?
– B: En la pileta del hotel de Genaro, que estaba vacía y está pintada de blanco. Nosotros queríamos que parezca bizarro. O sea, que lo bizarro sea que parezca tan real, que tenemos muchísima guita y que volvemos por la guita. O sea, que si vos no sos de acá, de verdad te la creas.

– Y a todo esto, ¿de dónde sale la guita real? ¿La ponen ustedes? ¿Auspiciantes?
– B: La pone la del afiche.
– H: Estamos jugados, es la verdad. Hoy a la tarde veíamos cómo hacíamos: pateamos a este, le pagamos a este, en fin.
– B: Y entonces es como que volvemos por la guita de verdad.
– H: Y qué loco lo que moviliza la banda, decís “pongo guita”, y no te importa perder.
– B: Y creo que lo que buscamos es cagarnos de risa, ver esa foto grande. De última quiero la foto de nosotros tres en toallas, con los dólares, en la vía pública, para cagarte de risa dentro de unos años.
– G: Porque vamos a poner los séxtuples de Gimnasia y Tiro (N. de la R: esos afiches demasiado grandes que hay sobre la avenida Del Bicentenario de la Batalla de Salta Virrey Toledo).

– Hay que sacarse una foto ahí.
– B: Claro, pero no ponerla en el Facebook, para no perder prestigio.

2013: arena, sol y disco doble

– ¿Y cuáles son los planes para después del 23 de diciembre?
– H: Las ideas son bien ambiciosas. Ir a la costa, el 4 o 6 de enero, pero esa es una idea a corto plazo.
– G: El 3 de enero nos vamos. Ya hay un par de fechas, una en Chascomús y pronto me confirman dos en Mar del Plata. Agarramos el autito, el backline (se llama así a los instrumentos, equipos y esas cosas), veinte días a la costa, a tocar.
– B: La idea es salir un poco, y después hacer un disco doble. Uno con lo que quedó pendiente, que en orden cronológico fue la tercera entrada al estudio, el material pensado para Tres cuotas de 200 pesos. La idea es comprimirlo al disco, que sean 6 temas de los 12 originales. Y tenemos temas nuevos, que terminarán siendo unos 6 o 7. Nuestros discos siempre fueron de pocos temas. Podríamos hacer la “gran banda” (evitan dar nombres, pero es una clara alusión a un grupo de rock local) y sacar un compilado, hacer un disco de 12, pero los discos de la banda son naturales, son discos espontáneos y sinceros. Encontrás un momento en la composición por parte de la banda.
– H: Igual es doble, porque son distintas épocas. Aparte los discos cortos funcionan mejor. El otro día vino el Pelado Vega (bajista de Perro Ciego), y charlábamos de cómo está cambiando el formato. La gente está cambiando, no escucha un disco entero de 12 temas.

La charla se diluye, delirando con detalles posibles en torno a la fecha, con invitados “de lujo” para la movida publicitaria, el juego con el 8N, 7D y claro, el 23D.

Ante la pregunta de todos, sobre quién es el misterioso hombre del afiche, Beto responde: “Ese chabón me preguntó una vez (y de verdad, cuando me lo crucé en la calle) ‘¿Cuánto vale la vuelta de Luca Makonia?’. Recién nos habíamos separado y yo ni tenía ganas de volver a tocar. Casi que ignoré lo que me decía. Y él me decía, otra vez: ‘Yo pongo la guita para que ustedes vuelvan, yo les pago a ustedes y me llevo el resto’.”

Entrevista publicada en la revista Rock Salta Nº13, la cual se encuentra a la venta en todos los puestos de diarios y revistas de Salta y Tucumán. También en puntos de venta de todo el país.