Coberturas

Pantalones calientes

Manu Chao regresó al Norte para hacer transpirar a 4.000 personas en el Estadio Delmi. Con un fuerte contenido político, el show sirvió para repasar sus clásicos en versiones reducidas, pero con la energía intacta.

Fotos de Martín Azcárate y Gastón Iñiguez.

En menos de un mes la revolución provocada por el franco-español fue enorme. El regreso de Manu Chao al Norte argentino sucedía luego de siete años del recordado debut en 2006 en la estación de trenes jujeña. Por eso a pesar de que el recital se realizó un lunes, no resultó extraño que gente de Tucumán, Jujuy, Santiago del estero, entre otros puntos del NOA llegaran al Estadio Delmi el pasado 2 de diciembre, buscando vivir la experiencia de uno de los mejores shows musicales que hay en el mundo.

A las 20.30, La Yugular Reggae abrió el escenario con un excelente sabor andino en el reggae/ska que profesan. Por esas horas el público fue llegando de manera muy copiosa. Lamentablemente el adelantamiento de una hora en el cronograma le jugó en contra a los jujeños, que no pudieron tocar para un mayor número de personas. De todas maneras esto no los amedrentó para nada y los que llegaron temprano fueron los beneficiados de la noche porque vieron a una de las mejores bandas reggae del país. En un set compacto, sin fisuras ni pausas, adelantaron temas de su próximo disco producido por Goy Ogalde (ex Karamelo Santo), reversionaron temas de su debut Plantate! (2010) y repasaron sus influencias visitando a Los Kjarkas, a Los Fabulosos Cadillacs, a Bruno Arias y la canción popular «Sra. Chichera».

En los últimos tiempos la banda le sumó a su excelente propuesta musical, show y despliegue escénico, algo que siempre se les marca a las bandas del Norte como una carencia. La Yugular aprendió a transmitir energía más allá de los acordes, a moverse en el escenario y formar un bloque solido: “Alza las manos si crees en el amor”, cantaba el Mula y la gente respondía con los brazos en alto.

Una postal de la noche fue la enorme cantidad de turistas europeos en el estadio, algo atípico a los recitales salteños, pero entendible por el artista en cuestión.

“Fuera Monsanto de Latinoamérica y del mundo” y “desalambremos esta vida”, decía el telón de fondo, enorme y pintado con dibujos y frases, que brindaron una excelente escenografía para las letras combativas de La Yugular, y las fuertes acciones políticas que vendrían luego. La despedida llego a las 21.30 con dos bises y la ovación de la gente que pedía más canciones: orgullo del Norte.

2013-12-02 ManuChaoDelmi Azcarte 16

A las 22 las luces del estadio se apagaron y las sirenas comenzaron a sonar, los aplausos y gritos presagiaban una gran noche. Los músicos ocupaban su lugar y marcaban un colchón de alegría-agite-musical: “Buenas noches Salta, La Ventura aquí presente”, fueron las primeras palabras de Manu, para luego buscar la bendición del eterno Bob Marley y dar pie a “Mr. Bobby”.

El calor fue intenso, una tradición en el estadio salteño, con esos primeros minutos volaron las remeras, y la parte del medio se transformó en un caldo. En una olla a presión que alteraría su hervor de acuerdo a lo que el ex Mano Negra con su banda iban proponiendo desde el escenario. Y es que la hoja de ruta está marcada, la lista de temas indica el camino a seguir pero desde hace muchos años la marca registrada del artista es el popurrí, las reversiones, el cambio de ritmo constante, el pasaje del reggae al ska en cualquier momento.

“Se fuerza la máquina / Día luna… día pena”, y “Por el suelo”, llevaron a pleno esa idea de temas lentos con aceleración entrecortada.

En esos primeros momentos en la puerta se produjo una avalancha y varios resultaron golpeados en la entrada, la policía fue superada por la gente que buscaba ingresar sin ticket y se abalanzó sobre las vallas dispuestas en las afueras del estadio.

Al igual que en sus discos, el cantante tiene lugares comunes, frases que repite y que la gente completa, casi como un sampler humano: “Sea lo que sea” / «Pase lo que pase” / “Próxima estación: esperanza”. Repitiendo ademanes, como golpearse el pecho con el micrófono, levantar los brazos cual victorioso boxeador, o ametrallar a todos con su guitarra.

El show tuvo fuertes hechos políticos primero la presencia de los vecinos de El Galpón que desde hace meses está en lucha contra la planta de Nitratos Austin SA. Mientras expresaban su preocupación y nombraban distintas problemáticas como los desmontes, la mega minería y los superpoderes de la policía y jueces, los músicos marcaron una base que luego se trasformó en “Clandestino”.

Aparte de haber inventado el rock latinoamericano junto a Mano Negra en los ochenta, y por consiguiente ser factor fundamental para la explosión que marcaron en su momento Los Fabulosos y Todos Tus Muertos, Manu se anticipó a todos santificando como dios del gol a la figura de Diego Armando, años más tarde musicalizo con “La vida tómbola” el documental Maradona by Kusturica (2008). Esta canción merced a un solo que trepo al infinito de parte del guitarrista Madjid y su emotiva letra fue uno de los grandes momentos de la noche.

La Ventura es una maquina despojada, de tracción a sangre y que se apoya en cuatro ruedas: Manu que alternó entre guitarras acústicas y criollas, al igual que Madjid, Gambeat estuvo a cargo del bajo y algunas programaciones, como las constantes sirenas y bases rítmicas. Por ultimo Philippe se encargó de los parches con una resistencia formidable.

Los que escucharon mil veces el doble Baionarena (2009) o Radio Bemba Sound System (2002) y son críticos, sintieron la falta de los vientos las percusiones, coristas y otros vocalistas. En medio del fragor del energético show cuesta abstraerse, pero la verdad es que sin esos agregados todo suena sumamente parecido.

Sin disco nuevo que presentar los clásicos sonaron en forma de seguidilla re versionados y casi irreconocibles como la: “La primavera / Me gustas tú / Bongo bong” y “Rainin’ In paradize / Mi vida / King kong five”. El descanso necesario llegó a la hora y media de show.

La romántica “Bienvenida a Tijuana”, cono solo Manu en la guitarra inicio la segunda parte, fogón multitudinario. La convocatoria del show supero las cuatro mil personas, vendiéndose en las boleterías más de 1.300 entradas. A mitad de “El viento”, Mula de La Yugular Reggae salió a escena rapear, sobre una base ragga. Logrando una emotiva comunión: “por la carretera / por la carretera”.

La aparición del CarlosEl PerroSantillán en el escenario, fue sin base musical, el dirigente social jujeño, evito dar nombres propios de funcionarios, pero provoco a los jóvenes para que se metan en la política y cambien las cosas. Recordó la problemática de los pueblos originarios y su lucha por las tierras. Al final se fundió en un abraso con Manu: “Che sudaka vos también”.

A esta altura muchos estaban empapados, y luego de algunas rumbas el tramo final se compuso de varios hits de Mano Negra como “Mala vida” y “Sidi H’ Bibi”.

Como despedida el grupo eligio la clásica ranchera mexicana de Vicente Fernández “Volver, volver” en una versión casi a capella. Para luego pegar una ultima acelerada con “Radio Bemba”. Saliendose del libreto que marcaban otros temas para la despedida.

Pasadas las 00.30 se completaron dos horas y media de un show a puro salto y agite, donde todos se contagiaron de la increíble energía del petizo José Manuel Arturo Tomás Chao que no aparenta para nada 52 años. Y que luego de recibir a medios comunitarios, se subiría a su colectivo de gira con rumbo a Chile.

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