Coberturas

Demourado y feliz

Marcelo Moura presentó el libro de Virus en nuestra ciudad y aprovechó para dar un relajado set electroacústico en formato trío. Los clásicos de siempre y la reversión de viejos amigos.  

Fotos gentileza de Carolina Vera

“Si ahora me preguntan ‘¿cuál es tu artista favorito?’ –una pregunta boluda porque nadie tiene un sólo artista favorito, pero bueno- les respondería que el Cuchi Leguizamón”. Marcelo Moura, mirándose al espejo del camarín mientras se acomoda el moño de su corbata, evoca al sentimiento popular salteño convertido en folclore para todo el mundo y se lamenta de no haber conocido “al mítico Farito, el lugar que vendió empanadas al frente de Plaza 9 de Julio por casi medio siglo y fue cerrado a principios de mes: “Allí, sobre la vereda, está la estatua del Cuchi. Sé que fue un lugar muy recurrido por él. Y justo llegamos cuando ya está cerrado”. De repente, el camarín se convirtió en una charla alrededor de la obra de Leguizamón. “Vi por internet varios videos y la historia del rococo es excelente. Hasta lo imita”, aporta Agustín Ferro, guitarrista que acompaña a Marcelo en esta gira, en referencia al tema “El Rococo”. Moura niega con la cabeza haberlo escuchado y se sorprende: “¿Un sapo enorme? Nunca lo vi. ¿Existe realmente eso?”.

El viernes –y feriado- santo por la mañana Marcelo Moura presentó en El Teatrino el libro que publicó vía Editorial Planeta sobre Virus, la historia en primera persona de un viaje que nació en La Plata y estuvo marcado por la tragedia familiar, el éxito, reconocimiento internacional, fracaso y la adaptación a los nuevos viejos tiempos. Además, por la noche, desplegó un show electroacústico acompañado de la cantante Ana Naón –correctora del libro y compañera de vida- y el joven guitarrista Agustín Ferro –de la banda No Lo Soporto-. Un show aclimatado para pasar el rato bien, recordando los clásicos de siempre en la carrera de Virus que nunca hacen mal volver a escuchar en una “listaylor” de temas bien variada: “Tomo lo que encuentro”, “Dicha Feliz”, “¿Qué hago en Manila?”,  “Superficies de placer”, “Imágenes Paganas”, “Pronta entrega”, “Una luna de miel en la mano”, “Sin disfraz” y “Densa realidad”. También, gran parte del repertorio estuvo basado en un “recontra homenaje” a Gustavo Cerati o- como diría Moura- “un amigo íntimo de nosotros” haciendo alusión a los primeros años de Soda Stereo– y se animó a interpretar “Trátame suavemente, “Puente”, “Adios”, “Te llevo para que me lleves” y “Prófugos”. El resto fue un breve recorrido por canciones concebidas en una misma época y que pertenecen “a colegas del rubro: es mentira que entre músicos no nos queremos. Son peleas que se inventan desde afuera”. Así sonaron “Una tregua” de Fabiana Cantilo, “Lamento boliviano” de Los Enanitos Verdes y “La calle es su lugar” de GIT

PORTADA6

Entre chistes y amagues de bromas –“El otro día el médico me recomendó que me haga una placa. ‘¿Del tórax?’, le pregunté. ‘No. De bronce, te quedan pocos años de vida’”– Marcelo Moura, con guitarra acústica entre las manos, sentado en el centro del escenario sobre un elegante sillón rojo con Ana y Agustín a sus costados, reniega por algunos detalles técnicos y pide disculpas “por la demoura”, aclarando que así se llama su primer disco solista, el primero en la historia de un Virus, y que tuvo su lanzamiento en todo el país durante la mañana del viernes 25, mientras estaba presentando el libro. “Es un momento muy intenso en mi vida, y quiero compartir esta energía con ustedes”, agregó finalmente.       

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