Coberturas

Metallica en Córdoba

metallica en cordoba

El paso de Metallica en Córdoba quedará para la historia. RS te dió la primicia del show y ahora te cuenta que es lo que pasó en el Orfeo cordobés.

Histórico, aplastante y vencedor

Ante un Superdomo Orfeo cordobés completo, los four horsemen ofrecieron un show impactante, de categoría internacional, y de características memorables: el único show en Sudamérica en estadio cubierto.

El apocalipsis en pleno enero, en Córdoba. Y no lo digo por las temperaturas estivales, si no por el contundente show de Metallica, cerrando su gira en Argentina, en el Superdomo Orfeo. Hetfield, Ulrich, Hammett y Trujillo estuvieron aquí e hicieron historia, y nadie puede dejar de hablar de este show.

Hace poco más de un mes, luego de subirme a la locomotora de AC/DC, y aun shockeado por semejantes shows (ver también nota sobre Iron Man 2) me llego por intermedio de un amigo el DVD AC/DC Live in Circus Krone, donde Angus y compañía, rockeaban sin respiro, en el un estado cerrado como el Krone alemán de Münich. Me preguntaba la sensación de tener tan cerca a los músicos en un show descomunal. Y fines de año pasado, los planetas se alienaron y nos dejaron boquiabiertos con la noticia: «Metallica en Córdoba, en el Superdomo Orfeo…». Soñado o no, en menos de 60 días, frente a frente con otra bestia del rock pesado, esta vez con los más poderosos y veloces.

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Ese memorable domingo 24, cuando restaron 15 minutos para las 22hs, las luces se apagaron, y empezaron proyectar sobre las pantallas imágenes de Il buono, il brutto, il cattivo (El bueno, el feo y el malo) con el clásico Ecstasy Of Gold, nos daba la bienvenida amable por cierto a lo que seria un plato demoledor: Lars Ulrich, apoyado en su banqueta triunfante con los brazos en altos… y lo que era expectativa se transformó en delirio con una largada, con el pedal a fondo: Creeping Death. No Remorse, del clásico Kill Em’ All, no dio respiro y continuó con Holier Than Thou y Of Wolf And Man del «Black Album», parecía que la noche nos entregaría muchos clásicos del metal. Mención apararte para Robert Trujillo, que ya daba cátedra con sus bajos, ya no es solo un sesionista… con mucha personalidad, talento y entrega, su actuación es descollante.

James Hetfield se planto al centro del escenario y dio la ceremonia de bienvenida: saludó a la gente, en correcto español: “Hola Córdoba” y en inglés: “Que bueno verlos, es la primera vez de Metallica acá y hoy somos todos una gran familia”. «Olé, olé, olé… Metaaallicaaaa», se jadeaba la asistencia cordobesa. El escenario tenia por detrás una pantalla que permitia ver todo en detalle (más aún) y por donde también mostraban a los fans que hacian valla, emocionados ante cada embestida de los Metallica. También era el momento, para escucharlos con más precisión que con velocidad: Welcome Home (Sanitarium). Kirk Hammett daba otra muestra más de su virtuosismo y técnica para ejecutar su guitarra.

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Pero la excusa de la llegada de Metallica, era la gira World Magnetic Tour, nobleza obliga fueron de la partida «los nuevos»: The End Of The Line, el primero de Death Magnetic, en salir a la cancha junto a Cyanide y My Apocalypse. Los clásicos de clásicos del metal también se hacían presentes: Sad But True, One y Master Of Puppets. La noche ya era perfecta, pero había lugar par mucho más.

La tensa calma de Nothing Else Matters, iba a dar el paso al momento más excitante de la noche: Enter Sandman. En las pantallas, primer plano de la mano de Hetfield con la púa de Death Magnetic: la mostró, y todos ovacionaron, insinuó un fuck you, que fueron finalmente los ¡cuernos metaleros!: una descarga de energía imposible de poder absorber, con todo el Orfeo pogueando y el público cantando en el inglés que podía: «Exit light / Enter night / take my hand / We’re off to never never-land…». Impactante.

La noche ya estaba consagrada, pero aún restaba más: Breadfan (cover de Budgie, incluido en el disco de versiones Garage Inc.) aunque más de uno esperara Whiskey In The Jar. El tracklist, no parecía de repetición, así que cada final era esperado para la sorpresa: Hit The Lights, el hiperkinético del álbum debut Kill Em’ All.

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Mátalos a todos, eral final con el clásico Seek and Destroy, y ésta vez el público cordobés hizo su redención final: «Searching, Seek and Destroy…»»No sé ustedes, pero yo no voy a esperar 29 años para volver a tocar aquí». Histórico, aplastante y vencedor, Metallica aniquiló todas las críticas y volvieron al podio de maestros del metal. sonó atronador. Aunque no sólo desde las tribunas y el campo, desde el escenario también: Hetfield se mezcló entre la valla y el escenario y la fiesta era total. Kirk Hammett recorría todo el escenario hasta toparse con la gente, y Robert Trujillo giraba sobre si mismo con su bajo (uno de tantos que desplegó, mostrando un verdadero arsenal de instrumentos). Ulrich, demolía su doble bombo, entregando todo. Final, lluvia de púas, saludos abrazos arriba y abajo, y la confesión de Ulrich:
«No sé ustedes, pero yo no voy a esperar 29 años para volver a tocar aquí». Histórico, aplastante y vencedor, Metallica aniquiló todas las críticas y volvieron al podio de maestros del metal.

Para ROCK SALTA. Gonzalo Quispe (Corresponsal Córdoba) – gonzalo@rocksalta.com

Fotos: Ariel Carreras (Día a Día)