Hablamos con el sobrino del mítico líder de Virus, que el 31 de agosto se presentará en El Teatrino con un show homenaje a la banda platense.
Fede Moura es parte de esa familia platense que debería ocupar un par de páginas en algún libro que aborde la política y la cultura argentina, entre la última dictadura militar y la renovación cultural de la primavera alfonsinista. Hijo de Jorge Moura, cuadro del ERP desaparecido en la última dictadura militar, abrazó la música al igual que sus tíos Federico, Julio y Marcelo, integrantes de Virus.
En un año donde cada vez más tributos vienen a tocar a Salta, Fede Moura hará lo suyo en El Teatrino el próximo 31 de agosto. Las entradas están a la venta en NorteTicket desde $5500 (más gasto de servicio). Sobre este show, el parecido físico a su tío, la era de los homenajes y otras cosas, conversamos en esta entrevista.
Fede, venís haciendo música hace más de treinta años y recién en los últimos años, tanto desde el proyecto Viralizados (banda que formó junto a Mario Serra, baterista original) como en esta fase actual, empezaste a abordar el repertorio de Virus. ¿Cuando eras más chico habías pensado en hacerlo?
No, cuando empecé con la música, hace exactamente 37 años, a mis quince años, no pensaba en eso. Nunca me imaginé eso, si bien estoy atravesado por la música de Virus, porque cuando yo empiezo a tocar Virus estaba empezando a escalar posiciones. En 1986, 87, con la explosión de ese disco Locura, donde está “Pronta entrega”, “Luna de Miel” y todos esos éxitos, yo recién estaba dando mis primeros recitales. Imaginaba algo, imaginaba que esta mochila, como le dicen muchos que me hacen notas, en algún momento se iba a poner un poco pesada y bueno, cuando empecé a hacer más shows, la gente me pedía temas de Virus, entre tema y tema me gritaban “che, tocate una de Virus”, y entonces eso a mí un poco me molestaba, porque yo estaba tratando de hacer mi obra, de imponer mi obra. Pero con los años y con la madurez aprendí a llevarme bien con esa parte.
Y tal vez en algún show, después de la muerte de Federico, por ahí en algún show cercano a esa fecha, tipo homenaje incluía una o dos canciones de Virus en el repertorio, pero la verdad que nunca había pensado esto de llevar un espectáculo íntegramente con canciones de Virus. La verdad que no lo pensé nunca y me agarró en una época donde medio estaba dejando la música. Porque yo vivía de otra cosa, nunca viví de la música. Me tiré a vivir de la música de grande, a los 47 años, cuando llegó la propuesta de Mario Serra para hacer Viralizados. Esa mochila pesada me la saqué y dije, bueno, es ahora el momento de disfrutar de esta música que a mí tanto me dio porque aprendí muchísimo de mis tíos, que eran mi familia, pero eran mis ídolos, mis referentes, así que nada, lo hago con mucho placer y con mucha tranquilidad y mucha paz. Yo no aparecí de abajo de una piedra ayer, tengo 37 años de vida musical y bueno, esos 37 años me hacen hoy un artista que está bien plantado y bien seguro de lo que quiere.
Y en esos 37 años de música, ¿por dónde fue tu búsqueda?
Yo arranco con el rock y con Los Narcisos en 1988. Desde el 85 venía tocando la guitarra y formando mi primera banda con mis amigos de la secundaria. Pero en el 2001, 2002, hago un quiebre, igual que el país y digo ya está, me cansé de esto. Estaba muy cansado de remarla, de ir a compañías, de chocar con productores, de que no pase nada, de armar fechas y que no pase nada. Ahí me meto en la música uruguaya, o sea, de liderar un proyecto musical, me meto entre cincuenta personas a ser uno más y tocar los tambores de candombe. Ahí descubro la murga uruguaya. Y me metí en una murga, en un proyecto de murga, acá en La Plata, que fue una de las primeras, a cantar y a escribir textos. Y en la murga uruguaya no solamente se canta, sino que se baila, tenés vestuario, maquillaje, puesta en escena, diálogos. Es medio como una puesta teatral, por eso te digo que yo maduré muchísimo la parte del artista, corporalmente, mejoré muchísimo vocalmente porque el cantar en un coro a mí me dio muchísima más seguridad vocal para lo que después retomé con la música. Así que estuve por esos ritmos, también toqué percusión con gente que hacía fusión rock-folclore. Estuve en muchísimos lugares y con muchísima gente que me enseñó. En el año 2009 a mí me convocan para una muestra fotográfica que hacían de mi tío Federico, que la hacían acá en La Plata, y me dijeron “Fede, ¿no querés hacer algo musical?”. Y le digo pero yo no estoy tocando con Los Narcisos, estoy haciendo candombe, murga. Y se me ocurrió agarrar doce, catorce temas de Virus y los llevé a esos ritmos con los que estaba transitando en ese momento. El candombe, la salsa, la rumba, murga. O sea, hice versiones de los temas de Virus pero ahí sí, bien trastocadas y versionadas. Y en el 2010, 2012, vuelvo con Narcisos, con otra formación, y grabamos un disquito independiente que me lo preprodujo Julio Moura, mi tío, donde también cantó Marcelo Moura. Y ya cuando estaba medio dejando la murga, a fines del 2016 me llama Mario para convocarme a Viralizados y bueno, acá estoy nuevamente.
¿Y en este presente de Fede Moura, con qué se va a encontrar la gente en el show de El Teatrino? ¿De qué se trata la experiencia?
Fede Moura le va a ofrecer toda la experiencia arriba del escenario que tiene como artista, acompañado de una banda. Desde la parte de la dinámica de la banda es un show demoledor. Los temas los llevamos a su estructura original y con sus sonidos originales, ya sean las versiones de estudio o tal vez alguna versión grabada en vivo, sobre todo por las intros que tenían para abrir algún recital, pero siempre respetando la estructura. Aparte es un show súper alegre, súper distendido donde la gente no tarda más de cinco o seis temas en pararse de la butaca y explotar. Yo tengo un ida y vuelta con la gente, me gusta verles las caras, me gusta prenderme de algún diálogo, no soy un artista distante. A mí me gusta el ida y vuelta, veo también las caras, algunas caras de emoción, porque este espectáculo tiene el plus de que son las canciones de Virus interpretadas por un familiar.
¿Y crees que el hecho de ser familiar de Federico, Julio y Marcelo te da otro lugar al estar frente a una banda tributo, o que canta temas de otra?
El otro día me pasó cuando fui a votar que la presidenta de mesa dice “bueno, número de orden tal: Moura, Federico…”, y mientras estaba esperando con el sobre escucho una conversación de dos personas que una le decía a la otra “y sí, mirá lo que es, es igual, no se puede negar que no es Moura”. Sí, eso está y lo veo en las caras, tiene un plus porque la gente siente que de alguna manera está un poquito más cerca del artista original, ¿se entiende? Que no soy un tributo más de una persona que, no sé, está cantando Virus y por ahí tiene barba. O sea, soy el pariente, el sobrino que estuvo al lado de ellos en muchos momentos y encima, físicamente, los timbres, los colores de voz, los movimientos, porque yo aprendí de Federico viéndolo; y Federico tenía de referentes artistas que a mí también me gustan como David Bowie, Ney Matogrosso, que me gustan y escuché y vi toda la vida. Entonces, estas cosas de movimientos y la impronta arriba del escenario se me han pegado mucho. Y la gente cuando termina el show y espera para sacarse una foto me lo demuestra, les ves la cara y tienen una emoción, es como que tienen al menos una parte, una partecita ahí del ADN, ¿no? De esa rama de la familia, de lo que fue Virus, y me cuentan que le pusieron al hijo Federico por Federico, que se enamoraron con su pareja bailando lento la canción “¿Que hago en Manila?”. Que en un baile, no sé, se conocieron por un tema de Virus, pasan muchísimas cosas.
¿Y fuera de tu situación particular cómo ves este presente donde hay muchas bandas tributo tocando todos los fines de semana en Argentina?
A mí me parece que está bueno, y eso no quita que haya nuevas propuestas. Yo leo a veces comentarios, críticas que dicen que por culpa de las bandas tributo no hay nuevas propuestas, y me parece que no es así. Me parece que las nuevas propuestas siempre pasaron por las compañías, y por los que cortan la torta que dicen “Bueno, esto va por acá, ahora estamos con el trap, con el rap, con el hip hop, los pibes están consumiendo esto y vamos por acá”. Y me parece que hay un lugar que quedó medio vacío. Una generación de gente que por ahí no sabe dónde ir a bailar, no sabe a quién ir a ver, porque por ahí no se encuentra con la música de hoy. Y en los tributos, homenajes o revivals me parece que hay un espacio lindo para que esa gente, ¿viste? Que no quede ahí a la deriva y puedan ir a ver un concierto. Porque hay bandas que no están más. ¿Por qué te vas a tener que quedar mirando la pantalla, escuchando solamente en Spotify la banda, pudiendo ir a ver un show, ir a bailar con una banda que te lo está recreando? Es muy fácil echar culpas para los demás. Aparte con estos espectáculos nosotros generamos un montón de trabajo, desde el tipo que nos lleva en la combi hasta que carga los equipos, el que hace las luces, hace el sonido, y la gente que abre teatros, abre salas también está generando laburo, a la prensa.
¿Hay un presente o un proyecto futuro tuyo en torno a una obra de composiciones propias? ¿Sigue esa búsqueda?
Sí, bueno, eso nunca lo abandoné porque cuando Mario me convoca para Viralizados, al tiempo grabamos un disco que se llama Piel (2019), que lo pueden encontrar en Spotify. Tiene ocho canciones de las cuales siete son mías y hoy me siguen acompañando. En 2021, cuando salimos de la pandemia, armé este proyecto Fede Moura y me empecé a presentar con mis canciones. Y en el 2022 grabé un EP de cuatro canciones que se llama El Juego. Eso paralelamente está: en este momento estoy abordando una gran gira con el espectáculo Fede Moura Interpreta Virus, y una cosa no anula a la otra. Hace una semana toqué acá en una sala del Teatro Argentino en La Plata con Daniela Herrero, compartimos un show y canté de mi repertorio propio, así que conviven las dos cosas perfectamente.
Es inevitable pensar en el rol de los Moura como una familia vinculada a lo que en los 70 era la vanguardia política y la vanguardia cultural. ¿Por dónde creés que viene hoy la novedad o la rebeldía tanto en lo musical como en lo político?
Hace un par de años decidí apagar el televisor, decidí no mirar noticieros. Quizás en la pandemia estuvimos muy cargados de ese estrés de estar encerrados y que teníamos la televisión ahí todo el tiempo machacando y cuando salimos de la pandemia tuve la necesidad de decir basta. Sé que estamos en serios problemas, porque lo vivo y nos cuesta a todos vivir y llegar a fin de mes y sobre todo ahora que estamos haciendo un espectáculo, una gira, mucha gente, muchos gastos. Y si la gente no alimenta eso llenando el teatro, se nos complica. Y sé que la gente para ir al teatro también está complicada. Lo que no sé es lo contestatario, por dónde pasa, no lo estoy viendo ahora. Políticamente, estamos girando nuevamente para la derecha, me parece a mí, y musicalmente no veo una nueva ola que rompa todo, porque esto que está pasando del trap, del rap, o sea, reggaetón y todo eso que nos invadió, ya estaba establecido en algún lugar. No encuentro algo como lo que se denominó acá el rock nacional y que tenía como un sello propio. Si bien tenía influencias de afuera, pero tenía un sello propio. Y hoy no lo veo. ¿Quizás por eso sea que hay tantas bandas tributando y homenajeando o interpretando las cosas del pasado? Ahí te dejo la pregunta yo.