Libros

Sin disfraz, de Damián Carcacha

Un recorrido por vida, obra y mente de Federico Moura.

Sin disfraz: Federico Moura, entrevistas esenciales, publicado por Vademécum, es mucho más que un compilado de notas al primer vocalista de Virus. Se trata de un mapa completo para conocer en profundidad su obra y, en especial, una forma de pensar adelantadísima a su tiempo.

Sería imposible sostener un libro como éste si la palabra del protagonista no fuera algo extraordinario. Leer a Federico hablar una y otra vez sobre los prejuicios que dominaban al rock argentino de los 80, sobre el deseo, sobre la liberación de los cuerpos, de la música y del arte, resulta una sorpresa y un placer. El libro jamás cae en el aburrimiento y redescubre una de las mentes más lúcidas del rock argentino.

Damián Carcacha, platense como Virus, nació en 1982, cuando la banda ya había publicado Wadu Wadu, su debut discográfico, y estaba inmersa en una carrera que oscilaba entre el desprecio y la admiración. Entre el fanatismo de una nueva camada de fans del rock argentino, ajeno a la solemnidad de los 70, y las críticas de una escena que tardaba en actualizarse y se apoyaba en las agresiones de una audiencia reprimida por las botas que intentaba liberarse como podía. A pesar de no haber estado ahí, Carcacha se maneja como un conocedor total del grupo y del período. Es injusto que la portada del libro lo reduzca a un “compilador”. Sin disfraz es mucho más que un compilado de entrevistas. Hay una mirada de autor.

En el libro, Federico Moura habla en primera persona a través de testimonios publicados en distintos medios. En fanzines ignotos y en los principales diarios y revistas de la época. Pero esa es solo una parte del libro. También se incluye una investigación periodística sobre los años previos a Virus. Casi cincuenta personas hablan de la infancia, juventud y formación personal y artística de Moura. Desde Velia, su madre, hasta compañeros de colegio, amigos y músicos que lo acompañaron.

La primera versión del libro fue un regalo casero que Carcacha preparó especialmente para la madre del músico. Con el apoyo de Roque Di Pietro, editor de Vademécum, Sin disfraz tomó su forma definitiva, que incluye una sesión de fotos de Alejandra Palacios realizada en 1987 en Nueva York. Allí vemos a Federico, en el año anterior a su muerte, como un ícono total, merecedor de serie de Netflix, posando perfecto, hermoso, veloz, luminoso, como él mismo decía en una de sus canciones más conocidas. De algo de eso hablamos con Carcacha en la siguiente entrevista.

– ¿Cómo era esa primera versión artesanal del libro hecha especialmente para la madre de Federico? ¿Qué incluía? ¿Fotocopias, transcripciones, páginas originales? ¿Cómo la recibió?
– La primera versión artesanal del libro de Federico eran sesenta entrevistas tipeadas en computadora. Era un anillado que incluía un «Todo personal», algunas frases sueltas a modo de prólogo y las entrevistas ordenadas de manera cronológica. Se lo regalé el 23 de octubre de 2014, es decir fecha de aniversario del nacimiento de Federico. La llamé por teléfono y me invitó a su departamento en Capital Federal. A partir de ese libro comenzó una relación que se profundizó cuando Velia se muda a la ciudad de La Plata, de donde soy oriundo. Es un anillado que atesora y a modo de agradecimiento me obsequió pertenencias de Federico.

– ¿Estuviste tentado de abandonar el proyecto del libro de entrevistas y escribir la historia a partir de las notas que realizaste? ¿Qué te llevó a combinar los formatos?
La idea inicial de las entrevistas a Federico nunca se modificó, me parecía que la historia contada por su líder tenía un valor especial. Lo que hicimos junto al editor Roque Di Pietro fue seleccionar las 25 entrevistas que habían tenido poca circulación en el momento de ser editadas y agregar una entrevista de Marcelo Gasió a Virus y Los Violadores que no había sido publicada en el momento que se realizó. La idea de contar la historia de Federico antes de Virus se me ocurrió con el libro terminado. Me parecía que estaba bueno contar cómo era la formación de él como artista. Fue un proceso rápido, pero no sencillo. Había gente que hacía cincuenta años no hablaba de Federico y que no estaba relacionada con los medios. Quedaron los treinta primeros años de Federico contados por gente que se relacionó con menor o mayor intensidad, y la etapa de él en Virus contada por el mismo. Creo que quedó un buen complemento.

– Me sorprendió la lucidez de las declaraciones de Federico. Muchas tienen una gran actualidad. ¿Pensás igual?
Creo que Federico era un adelantado. Vivió con mucha intensidad todos los procesos que lo fueron formando como artista. Hizo un efecto esponja y absorbió mucha cultura de Europa y Estados Unidos en sus viajes antes de integrar Virus. La lucidez de él era pensar de una manera abierta, y no sectorizar a la gente como en grupos. La idea de la igualdad que hoy nos parece coherente y entendible, él la planteaba hace 35 o cuarenta años.

– ¿Quedó material afuera como para hacer un nuevo volumen? ¿Te gustaría hacerlo?
Sí, quedó material como para hacer un volumen dos. Me gustaría hacer como una continuación de lo que se editó. Siempre manteniendo esta idea de no entrar en detalles íntimos de la vida de Federico y quizás desarrollando algunas historia de él como cantante de Virus, pero contados por gente que no haya tenido mucha prensa en estos años y que sean cosas reveladoras. Seguramente algo surgirá.