No Te Va Gustar se presentó por segunda vez en nuestra ciudad, dando un concierto similar al del año pasado que dejó contentos a todos. RS te lo cuenta.
Chiste Fácil: nos gustó.
¿Cómo te das cuenta de que una banda está de moda? Cuando en sus recitales hay mayoría de adolescentes y de minas. Los uruguayos No Te Va Gustar están de moda. El grupo liderado por el argentino Emiliano Brancciari reúne esas condiciones, en principio superficiales, y le suma algo imprescindible para trascender: buenas canciones. Ahí está la diferencia entre un grupo pasajero y uno popular. Cuando en un futuro no muy lejano se haga un revisionismo del rock latino de los últimos años, NTVG va a figurar seguro. Es una de las bandas con las que se va a recordar la primera década del siglo XXI, por formar parte de la “invasión uruguaya” –que tiene al frente a La Vela Puerca y un poco más atrás a El Cuarteto De Nos- y porque su música sólo podría haberse vuelto exitosa en estos años, después de que conjuntos como Los Cadillacs y, especialmente, Bersuit Vergarabat hayan preparado el camino.
Por segunda vez, después de su debut en mayo del año pasado, NTVG volvió a Salta. “La Estación Mega Disco” fue nuevamente el lugar elegido para el recital, que comenzó unos minutos después de las nueve y media de la noche y se extendió por dos horas. Durante todo el tiempo que duró el concierto, la banda y el público mantuvieron una comunión perfecta. La banda tocó absolutamente todos sus éxitos -“No hay dolor” (quizás el mejor momento del recital), “Pensar”, “Verte reír”, “Clara”, “No necesito nada”, entre otros- y la multitud terminó de darle a la noche el título de Fiesta, saltando y cantando todo el tiempo; y manteniendo una actitud respetuosa ante los temas nuevos –del último disco “El camino más largo”, editado a fines del año pasado- y los menos conocidos.
El show, además, incluyó momentos en los cuales la banda versionó a dos de sus bandas preferidas. Al igual que el año pasado, tocaron una mini versión de “Ala Delta”, de Divididos y otra de “Todo un palo”, el clásico de las nuevas vedettes del rock argentino Los Redondos.
Durante toda la noche, Brancciari se paseó por distintos sectores del escenario, subiendo incluso por las escaleras laterales que lo acercaban al público que estaba instalado en la parte superior del local. Sobre el final del concierto, después de dejar de lado su guitarra, se arrojó al pogo, en un movimiento perfectamente calculado –como todo el show- que no agarró imprevistos a los de seguridad: antes del clavado poguero, ya estaban listos para alejar al cantante de la muchedumbre, y lo hicieron casi de inmediato.
Al final y luego de cuatro bises, la banda se despidió de un público que se retiró conforme, después de haber presenciado un show impecable, ensayado hasta el hartazgo y plagado de canciones conocidas. A paso firme –la presencia del público creció en relación al año pasado- NTVG está afianzándose cada vez más en la escena. Como punto flojo se puede remarcar la similitud entre el show de este año y el del 2008 –los mismos covers, los mismos trucos para arengar a la gente-, pero eso no es necesariamente algo malo. Muchas veces la gente quiere escuchar y ver lo mismo de siempre. Suele pasar con los grupos populares.
Para ROCK SALTA. Federico Anzardi – fede@rocksalta.com