Pedro Aznar combinó las canciones de su nuevo disco con emotivos homenajes a otros artistas. Se paseó por distintos instrumentos y entregó una noche exquisita.
En los últimos tiempos, los músicos vinculados al rock que gritan presente cada año en la ciudad de Salta son Lisandro Aristimuño, NTVG y Pedro Aznar. Con estos shows anuales lograron hacerse de un público específico y también aumentar su convocatoria, a pesar de la suba constante de precios que el público sufre en cada visita, inflación mediante. Por eso es loable que estos músicos apuesten y arriesguen con visitas anuales, contrastando con las decisiones de otros artistas, que prefieren dejar pasar varios años antes de pegarse la vuelta, por temor a una pequeña convocatoria.
Anunciada como la presentación de Ahora (2012), su nuevo material, la fecha en Salta de Pedro Aznar se desarrolló luego del show jujueño y antes de tocar en Tucumán. Los tres recitales fueron similares y demostraron las inquietudes e intereses que el músico expresó en las últimas entrevistas que ha brindado.
Pasadas las 21.30, el comienzo del show en el Teatro Provincial de Salta vino de la mano de “Panteras de polvo”, tema que abre el reciente disco y que sonó como adelanto en la fecha que dio el músico el año pasado en el mismo lugar pero en el marco del ciclo Cultura da la Nota. La canción muestra a Pedro en el lugar donde la mayoría de sus seguidores lo prefieren: sacándole sonidos increíbles a su bajo. Después, el ex Seru siguió con “Par” y “Los días más cortos del año”; también del disco Ahora, para luego dar la bienvenida y explicar lo que para él significaba su último álbum y la modalidad con la que lo grabó. Como es su costumbre, variaba de instrumentos, pasando por el bajo, la guitarra criolla, la guitarra electroacústica y el teclado. Lo curioso es que la mayoría de estos cambios se daban entre tema y tema, con la ayuda de sus asistentes, que en la oscuridad se llevaban lo que ya no se iba a usar, así que era una pequeña sorpresa ver con qué instrumento se luciría el eximio artista en la próxima canción.
El primer homenaje fue para Jorge Luz con la canción “Cucamonga Dance”, grabada en Tango 4 (1991) junto a Charly y la voz del recordado comediante. El show tuvo una gran apuesta visual, ya que detrás y por encima de los músicos se podía ver la proyección de imágenes pensadas específicamente para cada canción, con la curiosidad de ser totalmente distintas entre sí y presentar técnicas que demostraron un gran trabajo previo. “Ella se perdió” contó justamente con imágenes del clásico video protagonizado por la modelo y actriz Mariana Arias. Las luces del teatro tantas veces desaprovechadas en esta oportunidad tuvieron un gran protagonismo, jugando con lo que proponía cada canción.
“Mientes”, clásico de la unión García-Aznar, sonó con muchísima fuerza y fue seguido con palmas por el público que ocupaba en gran cantidad las primeras filas del Teatro. Con esta canción el bajista mostró su gran virtuosismo y regaló un largo solo que justificó su presentación como “el mejor bajista del mundo” ante el mismísimo Jaco Pastorius, de Weather Report (famosa anécdota que todo bajista argentino cuenta una y mil veces inflando el pecho).
Después del recuerdo volvió a meterse en el disco nuevo, en especial en las canciones que hablan de amor, ya sea con una mirada oscura (“Rencor”) o con la inocencia del inicio de la relación, o la búsqueda de la misma (“Quiero decirte que sí”, y la minimalista “Pensaba en vos”).
“Nocturno suburbano”, editada en el disco Quebrado (2008), muestra la clara influencia spinetteana en la obra de Aznar, con especial reminiscencia a la forma tan particular de cantar utilizando la voz como un instrumento más. Su versión de “Lisa”, de Gustavo Cerati, vino con anécdota, dedicatoria y una gran emoción extra por los pocos minutos que faltaban para entrar en el cumpleaños número cincuenta y tres del genio dormido.
Acompañándose con el teclado presentó “Un solo jazmín”, otra canción de Ahora, que sirvió para entrar en la tónica justa antes de la clásica versión en español de “Ya no hay forma de pedir perdón”: con sus primeras notas se escucharon suspiros, y luego los presentes cerraron los ojos para recordar a esas personas que aunque ya no estén cerca, siempre están presentes. Gran ovación.
Ya con la banda pero con Aznar en la guitarra, “Jealous Guy”, de John Lennon y “Credulidad”, de Spinetta; sirvieron para homenajear a dos genios de la música mundial. En el caso del Ticher de Luz, el multinstrumentista pronto va a editar Puentes Amarillos, su recital tributo realizado en Plaza Italia (Bs.As.) donde homenajeó a su amigo y colega interpretando casi 30 temas.
En poco tiempo, “Quebrado” ya se transformó en un verdadero clásico de su repertorio: apenas arrancó, la gente comenzó a seguir con palmas el inicio de ese gran tema con influencias del grunge.
“Vamos a hacer la canción que le da el título al álbum y es la que condensa el mensaje del disco. Que si bien puede parecer una obviedad, el de vivir el tiempo presente, muchas veces uno se lo olvida y se queda con cosas del pasado o posibilidades de no sé qué futuro y ambas cosas son sólo una nebulosa”, dijo Aznar antes de arrancar con “Ahora”. El tema es un funk con letra rapeada; casi ochentoso. Después de dejar sonar la nota final hasta el silencio, comenzó la ovación, y en ese instante Aznar presentó a su banda, a los asistentes, colaboradores y técnicos y se retiró del escenario. Con muchísimos aplausos y pedidos de bises por parte de todos los presentes, el músico regresó para interpretar “Hydra”, al borde del escenario con todos los músicos en guitarras criollas y casi sin amplificación, para luego sí pasar a interpretarla con los instrumentos eléctricos, logrando una versión mucho más poderosa que la plasmada en el disco.
Entonces se volvió a retirar, para regresar con una guitarra electroacústica y contarnos de su amor por el Norte Argentino, y su relación con la recientemente fallecida Leda Valladares, musicóloga tucumana responsable de acercar a la música de la región a personalidades del rock de fines de los ochentas como Federico Moura y el propio Aznar .Para homenajearla interpretó una respetuosa versión de la zamba “Si llega a ser tucumana”, de Miguel Ángel Pérez y Gustavo “Cuchi” Leguizamón. Se aplaudió de pie. Para continuar el homenaje, Aznar (con caja chayera) siguió con la vidala “Tan alta que está la luna”, que fue cantada colectivamente por todos los presentes en el teatro, siguiendo sus indicaciones.
Para finalizar la extensa y exquisita noche de música, el recientemente nombrado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires eligió el tema que cierra el nuevo disco: “Cuando el amor”. Sin dudas presenciar un show de Aznar es una de las mejores experiencias musicales del año en Salta.
Galería de fotos por Gastón Iñiguez