Entrevistas

Vastas soledades

Antes de presentarse este viernes 10 en el Teatro Provincial, Pedro Aznar relató el proceso que lo llevó a componer Ahora, su nuevo disco. Soledad, mar e inspiración adornan las canciones de uno de los músicos más inquietos de la Argentina.

Mar de las Pampas es un pequeño pueblo ubicado al sur de la provincia de Buenos Aires, a pocos kilómetros de Villa Gesell. La localidad, que hace sólo 60 años era un terreno inhabitable repleto de dunas, hoy es un pequeño paraíso de la costa atlántica, desbordante de vegetación y que goza de la tranquilidad que otorga la poca publicidad. Hacia allí viajó Pedro Aznar durante el invierno del 2011. El músico pasó un mes aislado, buscando en soledad la inspiración necesaria para componer. Las musas hicieron lo suyo y las canciones brotaron tan rápido como los árboles del lugar. El resultado es Ahora, el nuevo disco del ex Seru Giran: 12 canciones inéditas (ningún cover, ninguna versión) que reflejan el momento en el que fueron creadas y remiten al terreno donde nacieron. 

“Me propuse componer una canción por día, de una manera espontánea, sin pulir demasiado lo que surgiera para no interferir con el proceso creativo”, explica el propio Aznar, días antes de volver a Salta para presentarse en el Teatro Provincial, este viernes 10 de agosto. “Llevé un pequeño estudio móvil, un par de guitarras, un bajo y un piano eléctrico, y me dediqué por completo a escuchar lo que quisiera expresarse”, recuerda, y agrega que “fue un mes muy productivo, muy feliz, lleno de entusiasmo y conexión”. “Mi rutina diaria era casi monacal: despertarme a las seis o siete de la mañana, tomar una ducha, encender el fuego, prepararme el desayuno, meditar, hacer una caminata por el bosque o la playa, y antes del mediodía subir al estudio a trabajar. Los fines de semana me los tomaba libres, y venían los amigos y la familia a visitar”.

Mar de las Pampas está presente durante todo el disco. Desde las fotos que ilustran el booklet (tomadas por el propio Aznar) hasta muchas de sus letras. “Panteras de polvo”, la canción que abre el álbum, es prácticamente una descripción del lugar, mientras Pedro canta sobre un riff de guitarra machacante: “Dunas movedizas/Panteras de polvo/Huyendo del viento/Bravo mar//Vastas soledades/Pampa adentro/Huella de infinito/Ojo sideral”. La soledad de la que se rodeó para poder trabajar también se siente en la intimidad de canciones como “Pensaba en vos”, o en versos donde la presencia de los personajes es a través de recuerdos, imágenes evocadas desde un lugar solitario. 

“La casa donde me hospedé está a pocos metros del mar (a la noche me dormía escuchando el sonido de las olas) y tiene amplios ventanales que incorporan la arboleda que la circunda. En ese entorno compuse y grabé mis partes vocales e instrumentales casi en su totalidad para las 12 canciones que conforman el disco”, cuenta Pedro, sin notar que de esta manera posicionó al pueblo en la lista de localidades bonaerenses que alimentan el mito del rock argentino: desde los comienzos hippies y los últimos años rollingas de la vecina Villa Gesell, hasta las ruinas de Epecuén, que sirvieron de locación para el video de “Día de los muertos”, de El Mató a un Policía Motorizado y para una recordada sesión de fotos del Indio Solari; sin olvidar esa Tierra Santa Del Metal que es Sierra de la Ventana, donde habita el huraño Ricardo Iorio

Cuando Pedro volvió a la Capital Federal, las canciones reposaron y fueron madurando lo suficiente hasta ser finalizadas durante el último verano, en sesiones repartidas en los estudios Circo Beat y Marina Sound (propiedad del propio Aznar). Allí, la banda completa (Julián Semprini  en batería y guitarra; Alejandro Oliva en percusión y guitarra barítono; Hernán Jacinto en teclados, bajo y cuatro; y Coqui Rodríguez en guitarra eléctrica y dobro) dio los toques casi finales. “A fines de febrero partimos con el ingeniero Ariel Lavigna a Londres, donde grabamos una orquesta de cuerdas de 22 músicos en los legendarios estudios Abbey Road; con arreglos y dirección míos y Sam Okell en los controles (reciente ganador de dos premios Grammy por su trabajo con Paul McCartney y la remasterización del catálogo completo de Los Beatles). El trabajo se completó con la masterización en el estudio Metropolis, por el ingeniero Tony Cousins”.

Pedro, fan confeso de Los Beatles, sintió el impacto del trabajo en Abbey Road: “Fue muy hermoso -cuenta. Más allá de la emoción que implica pisar ese lugar donde fue hecha  tanta música que cambió el mundo, Abbey Road es uno de los mejores estudios de grabación del mundo, así que implica un doble estímulo. Yo ya había estado allá en el año 1994, grabando para mi disco David y Goliath y para el álbum Cielos, de Jairo, que yo arreglé y produje. La diferencia, esta vez, fue que además de escribir los arreglos de la orquesta, también los dirigí yo mismo. Fue un lindo desafío, y una experiencia inigualable”. Tanto “Par” como “Rencor”, dos de las nuevas canciones, respiran un claro aire beatle que a Aznar le sienta muy bien. Ambos temas son de los momentos más altos de Ahora.

La experiencia en Mar de las Pampas dejó conforme al músico, que no descarta volver a trabajar de la misma manera. “Fue muy productivo y muy disfrutable. Tal vez no repita el lugar, pero sí la idea de retirarme de las obligaciones cotidianas para componer”.

A pesar de que Ahora tiene pocos meses en la calle, Aznar ya está trabajando en un disco en vivo, doble: Puentes Amarillos, un homenaje a Luis Alberto Spinetta grabado el 29 de abril de este año en la plaza Italia de Capital Federal. El futuro álbum confirma la prolífica carrera de uno de los músicos más inquietos del mundo discográfico argentino. “Uno puede editar un disco (o más) por año por dos razones: porque no tiene ninguna autocrítica y piensa que cualquier cosa que haga es publicable; o porque tiene mucho para decir y es un trabajador incansable. Y uno puede no publicar con esa frecuencia porque no tiene suficientes  propuestas interesantes. Queda en ustedes determinar a cuál grupo pertenezco”.

“Me propuse componer una canción por día, de una manera espontánea, sin pulir demasiado lo que surgiera para no interferir con el proceso creativo”, explica el propio Aznar, días antes de (volver a Salta = https://rocksalta.com/noticias/item/4063-pedro-aznar-en-el-teatro-provincial) para presentarse en el Teatro Provincial, este viernes 10 de agosto. “Llevé un pequeño estudio móvil, un par de guitarras, un bajo y un piano eléctrico, y me dediqué por completo a escuchar lo que quisiera expresarse”, recuerda, y agrega que “fue un mes muy productivo, muy feliz, lleno de entusiasmo y conexión”. “Mi rutina diaria era casi monacal: despertarme a las seis o siete de la mañana, tomar una ducha, encender el fuego, prepararme el desayuno, meditar, hacer una caminata por el bosque o la playa, y antes del mediodía subir al estudio a trabajar. Los fines de semana me los tomaba libres, y venían los amigos y la familia a visitar”.

Mar de las Pampas está presente durante todo el disco. Desde las fotos que ilustran el booklet (tomadas por el propio Aznar) hasta muchas de sus letras. “Panteras de polvo”, la canción que abre el álbum, es prácticamente una descripción del lugar, mientras Pedro canta sobre un riff de guitarra machacante: “Dunas movedizas/Panteras de polvo/Huyendo del viento/Bravo mar//Vastas soledades/Pampa adentro/Huella de infinito/Ojo sideral”. La soledad de la que se rodeó para poder trabajar también se siente en la intimidad de canciones como “Pensaba en vos”, o en versos donde la presencia de los personajes es a través de recuerdos, imágenes evocadas desde un lugar solitario.

“La casa donde me hospedé está a pocos metros del mar (a la noche me dormía escuchando el sonido de las olas) y tiene amplios ventanales que incorporan la arboleda que la circunda. En ese entorno compuse y grabé mis partes vocales e instrumentales casi en su totalidad para las 12 canciones que conforman el disco”, cuenta Pedro, sin notar que de esta manera posicionó al pueblo en la lista de localidades bonaerenses que alimentan el mito del rock argentino: desde los comienzos hippies y los últimos años rollingas de la vecina Villa Gesell, hasta las ruinas de Epecuén, que sirvieron de locación para el video de “Día de los muertos”, de El Mató a un Policía Motorizado y para una recordada sesión de fotos del Indio Solari; sin olvidar esa Tierra Santa Del Metal Argentino que es Sierra de la Ventana, donde habita el huraño Ricardo Iorio.

Cuando Pedro volvió a la Capital Federal, las canciones reposaron y fueron madurando lo suficiente hasta ser finalizadas durante el último verano, en sesiones repartidas en los estudios Circo Beat y Marina Sound (propiedad del propio Aznar). Allí, la banda completa (Julián Semprini  en batería y guitarra; Alejandro Oliva  en percusión y guitarra barítono; Hernán Jacinto en teclados, bajo y cuatro; y Coqui Rodríguez en guitarra eléctrica y dobro) dieron los toques casi finales. “A fines de febrero partimos con el ingeniero Ariel Lavigna a Londres, donde grabamos una orquesta de cuerdas de 22 músicos en los legendarios estudios Abbey Road; con arreglos y dirección míos y Sam Okell en los controles (reciente ganador de dos premios Grammy por su trabajo con Paul McCartney y la remasterización del catálogo completo de Los Beatles). El trabajo se completó con la masterización en el estudio Metropolis, por el ingeniero Tony Cousins”.

Pedro, fan confeso de Los Beatles, sintió el impacto del trabajo en Abbey Road: “Fue muy hermoso -cuenta. Más allá de la emoción que implica pisar ese lugar donde fue hecha  tanta música que cambió el mundo, Abbey Road es uno de los mejores estudios de grabación del mundo, así que implica un doble estímulo. Yo ya había estado allá en el año 1994, grabando para mi disco David y Goliath y para el álbum Cielos, de Jairo, que yo arreglé y produje. La diferencia, esta vez, fue que además de escribir los arreglos de la orquesta, también los dirigí yo mismo. Fue un lindo desafío, y una experiencia inigualable”. Tanto “Par” como “Rencor”, dos de las nuevas canciones, respiran un claro aire beatle que a Aznar le sienta muy bien. Ambos temas son de los momentos más altos de Ahora.

La experiencia en Mar de las Pampas dejó conforme al músico, que no descarta volver a trabajar de la misma manera. “Fue muy productivo y muy disfrutable. Tal vez no repita el lugar, pero sí la idea de retirarme de las obligaciones cotidianas para componer”.