En una entrevista con nuestra revista, la banda tucumana relató el momento en el que su música impactó de lleno en un canal local.
En los estudios de Canal 10 de Tucumán, en Yerba Buena, se vivieron momentos de incertidumbre total allá por septiembre de 2017. Los miembros de la tribuna del late night show De Noche con Miguel Martín no pudieron ocultar gestos evidentes de perplejidad, risa y confusión. No entendían nada de lo que pasaba entre esos cuatro muchachos de elegante negro que se desgarraban las entrañas en el escenario con una música imposible para los estándares comerciales televisivos. Mientras el cantante emitía alaridos dignos de clímax de película de terror, una mujer de rulos intentaba contener la carcajada y una chica joven se tapaba la cara en inequívoca pose de incredulidad.
Lxs espectadorxs presenciaban un mini show de la Senegal Grindcore Mafia, la banda tucumana que se volvió loca después de ver la reacción del público en el canal. El grupo hasta usó un video de esa noche para promocionar Ido y Lúcido, el disco que por entonces estaban a punto de publicar.
En la revista Rock Salta, Raúl García Posse, cantante y guitarrista de la Senegal, contaba que en “Rocco invade Polonia”, la canción que habían mostrado en la tele, la voz tenía una exigencia “descomunal”.
El resto del álbum había sido construido en base a un sacrificio similar, ya que durante todo el proceso de creación, los cuatro músicos (a la banda la completaban Pablo Lamela Bianchi en bajo, Gaspar Rojas en guitarra y voz y Germán Gómez en batería) trabajaron con una intensidad que por momentos los aniquiló física y mentalmente. “Después de eso (cantar en televisión), fue el momento en que encontré lo que venía buscando. Logré cantar el disco y quedar con resto y ganas para seguir. Cosa que no me había pasado, para mí era como correr una maratón de rodillas. Un montón de veces tenía ganas de decir ‘muchachos, por favor paremos, que me está matando’. Y lo mismo pasó con cada uno de los integrantes. Todos hemos tenido algún problema psicosomático”, decía.
Para definir Ido y Lúcido es conveniente citar una frase que aparecía en el libro interno del propio disco: “Un planchazo en la espalda, de esos que te hacen tirar la cabeza hacia atrás”. En cuarenta minutos, la banda ofrecía “violencia apta para todo público” condensada en seis canciones: “3DXH”, la ya mencionada “Rocco…”, “Está estallada”, “Un cinto y un placard”, “Doble yema” y el bonus track con “Los sobrevivientes de Armstrong”.
Fue uno de los mejores álbumes de aquel año. Un planchazo que todavía se siente. Incluso en los pasillos del canal.
Leé la entrevista completa en el número 24 de la revista Rock Salta, de octubre de 2017.