Llega a plataformas digitales el segundo trabajo del proyecto de Horacio Corimayo.
El devenir de Horacio Corimayo nos viene haciendo transitar, desde 20 años a la fecha, por diferentes estaciones musicales, que sabemos y supimos disfrutar: de esa banda de culto que supo ser Airbag (luego renominada como Siddartha Gautama), a una ser la banda sonora de muchos adolescentes salteños con Luca Makonia, pasando por proyectos menos conocidos como Sofisma y finalmente llegando a New Rusia, que desde un primer recital en Tic-Pic, más de 10 años atrás, lo tiene detrás de unos inclaudicables anteojos de sol.
Si alguna vez escucharon el podcast RadioArte Documental que comanda Ceci Espinosa como parte de la co-producción entre Lo mínimo posible Radio y Minga Colectivo Artístico Cultural, habrán develado el misterio sobre el nombre del proyecto: New Rusia a la Vinagret era una carpeta de su compu donde guardaba audios, en tiempos de Luca Makonia. El gusto por la nominación deforme y personalizada, terminó derivando en nombre de banda.
Justamente en el impasse que tuvo esa banda, es que se edita Esta siesta MM, primer disco del proyecto, 100% acústico. Si bien no está en Spotify, aún podemos encontrarlo en Soundcloud. Todo eso antes de que Horacio tuviera un hijo, vendiera su parte de Chaco (una tienda de ropa que tuvo mucho que ver con la movida del rock autogestivo en la década pasada, puesta en sociedad con Diego Perez Torres, ahora Darsmusik en el mundo DJ) y se convirtiera en Foto Hache.
Este disco es un viaje sonoro muy particular, heterogéneo. Hay de todo: algunas canciones en tempo y sonido beat, otras en plan balada, algo de hip hop y esas que nos remiten a LCMK. Voy a compartir algunas impresiones en el afán que puedan acercarse a este artista y a este material.
El arranque del disco es “Con Filoló”, y Filoló es Filomena, la perra de Horacio, la cual lo acompaña hace más de 10 años. Cuenta la historia que a Filomena la encuentran tirada en la Avenida Tavella, atropellada y en muy mal estado. La perrita recibe asistencia, la operan para ayudar a superar las fracturas y de ahí, al álbum de fotos familiar. La canción tiene un registro territorial, con la Urquiza como parte de un momento de la vida, cuando Horacio era uno de quienes conducía Chaco, y el motivo principal tiene que ver con su hijo Boris, sus primeros pasos, y también esos pasos de padre primerizo. Filoló aparece en el video del primer corte de difusión del disco. Hay un primer registro de la canción en el Capítulo 1 de Rock es Cultura, un ciclo de Rock Salta, allá por 2015.
El corte de difusión, que viene sonando hace casi un mes es “Parece de Cerrillos”, una canción que sin tomar al ex pueblo en un inventario de elementos folclóricos, si lo convierte en símbolo, cargado de significados, en un tiempo de replanteos personales. Horacio asume su “soy esto, lo que ves” en un tiempo de ruptura sentimental y los recuerdos de carnaval, juventud y novias adolescentes vienen casi por azar a rescatarlo. Me encanta el toque entre Beatles y el primer disco de Almendra. El sintetizador, puesto por Kike Ramón, es quirúrgico. El bajo que graba Marco Maciel (que supimos conocer como Román, en tiempos de La Cuerda) es sencillamente, hermoso. Un dato más, que eleva aún más la obra: el punteo, melodía-motivo de la canción (Ab-Bb-C y G-Ab-Bb sobre los acordes de Fm y su dominante) es silbado por Don Carlos Alberto Corimayo, papá de Horacio. En alguna reportaje anterior supo contarnos del constante apoyo de su papá en su carrera musical y de alguna viola Faim comprada con mucho esfuerzo familiar en los primeros años. Vaya en este reconocimiento a Don Carlos un abrazo a todas las familias que bancan y estimulan el arte en sus hijes.
“Agosto remil mal” es una reversión. Editada en el primer disco, acá retoma su intención original, una baladita guardada de aquellos años iniciales. Gran parte del motivo tiene que ver con El poder del ahora de Echart Tolle, una lectura de ese momento. “¿Qué importa más, perder una mano o perder tiempo?”, pregunta NRV. Hay de todo ahí, y ese sonido tan camisa leñadora a cuadros, nos hace sentir adolescentes después de los 40.
Voy a pasar por alto las hermosas baladas como “Soltes no”, o “201”. Y sólo dedicar el adjetivo “tacubosa” para “Del Tomate”. Sólo voy a cerrar diciendo que “Las Panteritas” es una gran canción rockera, con mucho power que no deja de recordarme a Johnny Cash.
El disco fue grabado en tres estudios locales: Del Cielo, de Kike Ramón; Tridente, del “Loco” Enrique y El Gaucho, de los hermanos Jorge. Además de Kike y Marco Maciel, participan del disco Adrián “Pita” Chocobar y Agustín Jorge en baterías. La mezcla es de Emiliano Alauie (músico en Juanetes, La V y Les Coso Comué) y la masterización fue de Enrique “El Loco” Albarracín.
Cerrillos siempre estuvo cerca. En todos los proyectos, en la música compartida con su hermano Rupert, en esa reminiscencia acogedora hecha canción. En su memoria de pueblo hecho ciudad evocará al finado Turco Julián con sus primeras lecciones de guitarra, al amigo “Conejo” Arias, con esa sala de video juegos y tejo de pueblo y los primeros pasos en el rock con la banda compartida, Mate Amargo. Atrás queda esa timidez de no querer tomar la escena y esquivarle al micrófono. A los 42 y más que nunca, es el momento en que Horacio y se hace cargo de su voz, en este gran disco.