Libros

La vida secreta del rock argentino, de Marcelo Fernández Bitar

El libro indaga en los avances técnicos de la escena de los 80.

Cuando hablamos con Gloria Guerrero por su fundamental La historia del palo, la periodista nos contaba que en la década del 80 el rock argentino no era el negocio que hoy está sostenido por millones de billetes, streamings, festivales, premios de la industria, prensas, asistentes y estrellas inaccesibles. En ese momento todo estaba en formación. El libro que abordamos esta semana habla de otro costado de ese avance.

La vida secreta del rock argentino: los héroes anónimos de la escena, de Marcelo Fernández Bitar, indaga en los progresos técnicos que el rock nacional adquirió a medida que pasaban los años y el movimiento crecía en bandas, estructura, público e importancia. Se trata de un pequeño ejemplar que se lee de una sentada y que alcanza su objetivo al contar a través de distintas entrevistas los malabares que hacían los productores, sonidistas y artistas para brindar mejores conciertos.

El libro fue publicado el año pasado por Sudamericana y en sus casi 140 páginas toma la voz de personajes fundamentales para la escena local pero quizás desconocidos para el gran público, que suele estar más atento a las canciones que a los detalles técnicos. Héctor Starc, Juan José Quaranta, Mundy Epifanio, Alberto Ohanian, Daniel Grinbank, Gustavo Gauvry y varios más relatan sus experiencias junto a artistas como Soda Stereo, Spinetta, Charly García y hasta estrellas internacionales como Eric Clapton.

“Con Soda se nos rompieron varios escenarios. En Concordia, Entre Ríos, me acuerdo perfecto de que el escenario era de aglomerado, que se deshace cuando se moja, se seca y se moja nuevamente. Para peor, los Soda en esa época eran muy saltarines, y en un tema están saltando, y ¡PUM! Gustavo se enterró hasta la rodilla, y al rato Zeta también. Era muy gracioso, aunque fue todo un papelón porque estaba el padre de Gustavo con todos los familiares que son de Concordia”, cuenta Adrián Taverna en el libro. La anécdota del histórico sonidista de Soda Stereo es sólo una muestra de los padecimientos, golpes y aprendizajes, ocurrencias, experimentación y éxito que tuvieron que atravesar en los 80 para salir adelante en épocas en las que la profesionalización del rock y las mejores tecnologías no eran moneda corriente en el país.

En esta breve entrevista, Bitar habla sobre el libro y aquellos desafíos cotidianos.

– Como bien dice el título, el libro muestra un mundo del rock argentino que todavía está oculto para la mayor parte del público. ¿Qué otros rincones de la escena te parecen interesantes y todavía no fueron explorados en profundidad?
– Me interesan todas las historias que pertenecen a ese mundo de los «héroes anónimos» que trabajaron duro cada uno en su rubro, y que sin darse cuenta contribuyeron a sentar las bases para toda la industria que conocemos hoy. Por ejemplo músicos sesionistas, técnicos, managers y asistentes varios.

– Escenarios precarios y equipos improvisados aparecen como un paso inevitable en la evolución del rock hacia el profesionalismo de hoy. ¿Cómo analizaba el periodismo esas características técnicas en su momento?
– El periodismo no tenía perspectiva ni la posibilidad de imaginar los avances futuros. Esos escenarios que hoy nos parecen tan precarios eran en su momento grandiosos, igual que las columnas de sonido sin la fidelidad actual. Recién hoy, a la distancia, shows como B.A. Rock o Adiós Sui Generis parecen un concierto de fin de curso de un colegio privado o una obra musical del under teatral.

– Estamos en una época de muchas notas aniversario («A 20 años de», etc.) y libros que exploran el rock argentino. ¿Cómo te llevas con esa tendencia?
– Como melómano que soy, me encantan las notas aniversario que vuelven a dar detalles pocos conocidos o que incluyen nuevos reportajes a sus creadores. El rockero de ley conoce todos los detalles de sus discos preferidos y le encanta redescubrirlos o aprender alguna cosa nueva.

– ¿Tenés algún nuevo proyecto de libro en marcha?
– Estaba a punto de iniciar el proceso de investigación y entrevistas para una biografía, pero quedó todo en pausa por la cuarentena. Será el año que viene, pues…