Reflexiones en la Chevy

Sólo ladrillos en la pared

Primero aclaro que Pink Floyd nunca me gustó. Y siempre tratando de no caer en el simplismo de que «todo tiempo pasado fue mejor», respetando (claro) a los eruditos musicales que creen que lo que ellos escuchan «es lo mejor», tengo que decir que Gilmour y Waters fueron invitados por Syd Barrett porque eran amigos, vivían en la misma cuadra. Eran vagancia del barrio. Y que el único y verdadero dueño de la psicodelia y de las composiciones más zarpadas de la banda fue y será el Diamante Loco. Todos sabemos que ponerle lucecitas y una máquina con glicerina a tus shows no te hace dueño de las creaciones.

Sin ir más lejos, lo mismo pasará cuando el Indio deje esta vida terrenal. Los Fundamentalistas terminarán adueñándose de la maravillosa historia que Solari armó con Skay, la negra Poli y el maestro Rocambole. Historias y estilo de vida que no son de su patrimonio sino de todo el pueblo.
Sin los creadores, los del Aire Acondicionado siempre serán una banda de covers. Nunca tendrán la venia del Falso Profeta.

Y no sé si están preparados para esta charla.