El festival concluyó su andar con la grilla más variada de su historia. La Mona, Fito, Divididos, Miranda! y Dillom entre los destacados.
Fotos Matías Egea
Atrás quedaron los años de cinco a tres fechas consecutivas, desde el 2018 el Cosquín Rock se contrajo a dos días y aumentó la cantidad de artistas que forman su grilla. Con este formato de apertura y cierre, con shows más breves y generando jornadas extensas de más de doce horas, todo parece ir sobre ruedas para la organización. El CR 2022 congregó a cuarenta mil personas el domingo completando la cifra de ochenta y cinco mil según números oficiales.
Con un sábado de superación en las espaldas, el grueso de la gente se demoró bastante en ingresar al predio en un caluroso domingo sin una sola nube en el cielo. La falta de conexión en el aeródromo evitó que muchos se enteraran de algunos cambios en el orden en el escenario Sur donde los 1915 subieron pasadas las tres de la tarde. Le dedicaron el show a su bajista que no pudo estar presente y en formato trío desplegaron sus muy buenas canciones de pop/rock como “El enemigo” con su extracto de la famosa entrevista a las Madres de Plaza de Mayo en la dictadura (muy aplaudido por los presentes) y “Policía” que en el Lollapalooza 2019 dedicaron a Macri.
Nafta es una de las bandas que más creció en lo que va de pandemia. Con solo un disco cargado de r&b y soul comenzaron a desfilar por los principales festivales. Tocaron para una gran cantidad de gente que cantó sus hits “La carta”, “Potra” y “Vení, mira”. Se los espera por el NOA.
Lo de Airbag ante una multitud en el escenario Norte es el triunfo de la continuidad de los hermanos Sardelli que hace no muchos años atrás eran objeto de burlas. Hard rock a lo Guns N Roses y Van Halen que va muy bien en festivales como lo pudimos comprobar en el Salta Boombox 2019 y cuando abrieron para Muse.
Con el escenario Sur otra vez atrasado, Fito Paéz y Divididos se terminaron pisando. La aplanadora dio un largo show que no defraudó a nadie. Seguramente hubo gente que solo fue a verlos a ellos, así es el rockero duro. Por su parte el rosarino congregó la mayor cantidad de público que vio el escenario Sur en las dos jornadas. Empezó con “Vamos a lograrlo” de su flojo último disco pero enseguida puso todo en su lugar con hits inoxidables como “11 y 6” y “Al lado del camino”. “Qué lindo ver a todas las tribus en esta fiesta popular” dijo un rato antes de ponerse una remera que le arrojaron y que tenía a Spinetta y a Charly. En “Circo beat” más de uno cantó la otra versión sticker memera pandémica, en “Brillante sobre el mic” llegó la marea de celulares y luego la rabia de “Ciudad de pobres corazones”. Esta canción toma todo un nuevo significado al conocer la historia del asesinato de su abuela y tía abuela, como bien relata Hay cosas peores que estar solo, uno de los mejores libros del año pasado.
La carpa esta vez abrazaba los nuevos sonidos urbanos. Pasaron Lara91k, que presentó su disco debut, Axel Fiks a quién le falta un poco más para llevar sus canciones al vivo y Saramalacara que llamó la atención por lo joven de su banda integrada por guitarrista y batera. Dillom terminó tocando una hora después ya en el horario del segundo acústico de Las Pelotas, que esperaban en la carpa del frente. Con las dos carpas llenas e incluso con gente afuera se corearon hasta con banderas rolingas los hits “Opa”, “La primera” y “Pelotuda”. Cuarenta minutos a pleno con el joven rapero que se despega del resto.
Por su parte el escenario Paraguay tuvo la fiesta tropical de las Kumbia Queers y la fiesta furia de Sara Hebe. La Casita del Blues, siguió sufriendo los embates del sonido del escenario mayor, y ya en la noche tuvo a Déborah Dixon junto a una banda de estrellas: Patan Vidal, Baltasar Comotto, Bolsa Gonzalez, Mauro Ceriello quienes homenajearon a Willy Crook.
Los Miranda! tienen esas canciones que nos sabemos de memoria sin saber que nos las sabemos, no muchas bandas pueden darse de esa condición. Con el gran show que dieron dejaron en claro que forman parte de ese tándem ideal para festivales y que deberían haber llegado antes al CR.
Pasada la medianoche La Mona Jiménez hizo su debut mediante himnos históricos: “Tinta china”, “Beso a beso”, “El Federal”, “Muchacho de barrio”, entre otros. Habría cambio de vestuario pero nada de amigos rockeros por más que al final aparecieron Juanse, Micky Rodríguez y José Palazzo para tocar “Quién se ha tomado todo el vino”.
La sensación de Emosido Engañado era total. Se pensaba en un desfile cargado de invitados como había sido el homenaje a Charly en el CR 2020, pero lo que pasó fue la magia del icono cordobés cuarteteando a pleno a sus 71 años. ¿Fue histórico? Sí, pero no fue lo que se vendió en la previa.
En el otro escenario la nueva ídola pop María Becerra hacía lo suyo y a lo lejos se escuchaba el reggaetón de la fiesta Katana. Demostrando los cambios que viene atravesando el encuentro de la sierras en los últimos años, llevando el opend mind a lo más literal posible. Dada las condiciones, ya no hay nadie que no pueda tocar en el festival.
Y hablando de demasiado open mind, el que aprovechó la volada fue el intendente de Punilla junto con sus compañeros del PRO cordobés quienes invitaron a Patricia Bullrich. Logrando que fuera recibida por la organización como alguien importante cuando actualmente tiene a cargo su partido político y está en plena campaña. Mucha gente que asistió no se enteró de esto hasta que pudieron acceder a las redes. Varios músicos se despegaron de la situación y otros tantos no dijeron nada, demasiado opend mind.
Los Espíritus fueron una de las bandas que acompañó con el pedido de aparición con vida de Santiago Maldonado y luego el esclarecimiento de su muerte. La ex ministra Bullrich estuvo a cargo de la pésima investigación y desinformación en ese caso. ¿La Pato se habrá quedado a cantar que “el trabajo dignifica eso dice mi patrón” en la madrugada?
Así los de la paternal subieron al escenario Sur a las dos y treienta de la mañana para cerrar la noche y el festival con su psicodelia y blues. “La Mirada”, “Jugo” y “Destino” hicieron flashaear al puñado que se quedó sabiendo que ellos iban a tocar ahí a esa hora, mientras que tantos otros se fueron sin entender porque no aparecieron en el escenario Córdoba a las veintidos. La banda había debutado en el festival en el ruidoso hangar en 2017 y con solo dos discos encima se notaba su propuesta única y gran talento que fueron demostrando con sus siguientes tres álbumes. “Están con sueño o tocamos un par de temas más” bromeó Maxi Prietto, voz, guitarrista y líder. Siguieron con la bellísima “Noches de Verano” y el final con “Huracanes” pasadas las tres y cuarto de la mañana. Seguramente en el 2023 tendrán revancha y podrán tocar en un mejor horario. Se sabe nadie quiere cerrar.