El libro analiza la etapa electrónica de Gustavo Cerati.
La geometría de una flor: Gustavo Cerati y la música electrónica, de Sergio “Gito” Minore, pone el foco en la que quizás sea la etapa menos escuchada del líder de Soda Stereo. Una faceta para nada breve que fue mucho más importante de lo que parece.
El libro apareció en enero de este año. Es otra publicación de nuestra querida Gourmet Musical, la editorial que mes a mes agranda su catálogo con títulos imperdibles para todx melómanx. Esta semana, mientras reseñábamos La geometría de una flor, recibimos Discografía personal del jazz, de Carlos Sampayo. Además, hoy mismo en sus redes sociales Gourmet anunció la reedición de Rockología, clásico de Eduardo Berti sobre el rock argentino de los 80.
Pero basta de repartir elogios a otros libros, que con el de Minore ya nos alcanza. Se trata de un breve trabajo, minucioso, que no se corre de lo que propone. El autor, con precisión de fan, investigó toda la data disponible, obtuvo testimonios varios y armó un mapa ideal para entrar al mundo electrónico de Cerati, algo que siempre estuvo presente durante su carrera pero podríamos situar de manera formal a partir de Colores Santos, el disco junto a Daniel Melero.
En el libro podemos leer sobre aquel proyecto con Melero y también sobre Plan V (no disponible en Spotify), el grupo que Gustavo formó en Chile cuando empezaba a separarse de Soda. Luego llegaría Ocio, dúo con Flavio Etcheto. Ambas iniciativas, casi paralelas en el tiempo, fueron espacios creativos y experimentales para Cerati. Sirvieron, además, para terminar de dar forma a Bocanada, el disco con el que se lanzó definitivamente al camino solista.
Minore también analiza Roken, trío que surgió durante la etapa Siempre es hoy y que también contaba con el dúo Cerati/Etcheto más el aporte de Leandro Fresco. Además, aparecen otros discos solistas de Gustavo como +Bien, quizás el más accesible de su costado electrónico, y Reversiones, donde las canciones de Siempre es hoy tienen un tratamiento acorde a lo abordado por el libro. Hablamos de todo eso con este graduado en Filosofía de la UBA que además escribió libros de poesía, narrativa, literatura infantil y hasta una biografía de Tren Loco.
– Charly Alberti y Zeta Bosio no suelen hablar para proyectos no oficiales sobre Soda y Cerati. ¿Intentaste hablar con ellos? ¿Qué te hubiesen aportado?
– No, no me comuniqué con ellos. Primero y principal porque consideré que siendo un libro sobre Cerati más allá de Soda Stereo no correspondía preguntarles a ellos. Sí correspondía, y de hecho lo hice, citar la obra de Zeta, Yo conozco ese lugar, donde él habla en distintos momentos sobre la música electrónica y los proyectos que hicieron juntos. Sobre los remixes, sobre Proyecto Erecto, que fue previo a Soda Stereo, y algunos detalles que son más que interesantes. Y luego de su lectura pensé en hacerle una entrevista a Zeta, no a Charly, pero pensé que era preferible tomar lo que dice su obra, donde más tiene para aportar.
– ¿Cuál fue la importancia de la etapa electrónica de Cerati en el desarrollo de Bocanada?
– La importancia de la música electrónica en Bocanada es transversal. Es un momento donde la fusión es absoluta: todo el rock que él había practicado a lo largo de toda su vida y la música electrónica, que era lo que estaba haciendo en ese momento, junto a lo que estaba haciendo en Ocio, con Flavio Etcheto, que forma parte del dúo y del trabajo compositivo de Bocanada. Ahí la comunión de la electrónica y el rock es vital, su punto más alto.
– Teniendo en cuenta esos pasos previos, ¿por qué decidiste no incluir un análisis más profundo de Bocanada?
– Traté de no detenerme en un disco de su carrera solista porque, más que nada, el libro está llevado a los otros proyectos. Igual sí hay una partecita que habla puntualmente de Bocanada, de la gira y de los remixes que hicieron. La tentación estaba porque Bocanada es mi disco favorito del rock argentino, pero no me quería dedicar a un disco solista porque si no también tendría que haberlo hecho con los otros discos, sobre todo Siempre es hoy. Pero está nombrado y citado, tratando más que nada de darle luz a los otros proyectos, que son los que me interesaba escribir porque no hay prácticamente nada, o por lo menos nada en libro. De Bocanada escribí un artículo que publiqué en Agencia Paco Urondo cuando se cumplieron los veinte años, en 2019. Había hecho un análisis más que exhaustivo y no quería repetir y meterlo en este libro.
– Sos autor de un libro sobre Tren Loco, algo completamente diferente a lo que abordás en La geometría de una flor. ¿Tenés pensado algún próximo proyecto?
– El libro de Tren Loco fue mi primer libro sobre música. Lo escribí hace once años, en el 2009. Salió en el 2010, para los veinte años de Tren Loco. Y el libro de Cerati era una deuda con mi primera banda, mi primer artista que me hizo amar la música, que fue Gustavo Cerati con Soda Stereo. Pero bueno, hice de Tren Loco, hice varios libros sobre heavy metal. De hecho, hacemos junto a María Inés Martínez lo que se llama la Feria del Libro Heavy, que es un evento cultural donde se hacen ponencias, charlas y demás, y con eso después se arman libros. Ahora salió Cultura Metálica 7. Este año va a salir un libro que se llama Cine y Cuba y voy a estar hablando sobre una de las primeras películas de heavy de ficción que hay, que la hizo un director cubano, en Cuba, lo cual es todo un tema. Lo saca una editorial de Rosario que se llama Ciudad Gótica. Y también ahora voy a formar parte de un libro del Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre el Heavy Metal Argentino, con el cual hace varios años que estoy trabajando. Sacamos nuestro tercer libro, que se llama Impenitentes, y ahí hago un análisis sobre la banda Matan S.A., que es una banda de death metal. Y estoy armando algo vinculando el cine y la música de heavy metal. Es una pasión para mí lo del cine. Incluso en el libro de Cerati hay un capítulo dedicado al cine, cuando hablo de +Bien y Sólo por hoy, y creo que es el más largo.