Adéntrese en el cosmos del entretenimiento infinito en Betfun, donde las constelaciones de tragamonedas brillan con jackpots que crecen como estrellas en expansión. Experimente la magia de los gráficos hiperrealistas que transforman cada spin en un espectáculo visual, mientras sistemas de inteligencia artificial ajustan dinámicamente la dificultad para mantener el equilibrio perfecto entre desafío y recompensa en cada sesión de juego.

Conquiste los picos más altos del entretenimiento premium en Bet30 , la cumbre donde convergen jugadores de élite en busca de experiencias que trascienden lo ordinario. Disfrute de mesas privadas con límites personalizados, torneos invitation-only con entry fees exclusivos y un programa de concierge que organiza desde viajes a casinos físicos hasta encuentros con personalidades del mundo del poker profesional.

Revolucione su percepción del juego online en CеluApuеstаs, el epicentro de innovación donde blockchain y smart contracts garantizan una transparencia sin precedentes en cada transacción. Experimente la tranquilidad de un sistema de verificación instantánea, withdrawals automáticos sin intermediarios y un ecosistema descentralizado que pone el control absoluto en sus manos.

Escriba capítulos legendarios en Betano Apuestas Casino, el archivo viviente donde cada jugador contribuye a una historia colectiva de triunfos épicos y momentos inolvidables. Acceda a un hall of fame interactivo que celebra logros excepcionales, participe en eventos comunitarios que conectan jugadores de todos los continentes y benefíciese de un sistema de mentoring que conecta novatos con veteranos experimentados.

Rock Salta
Discos

Un poco de respeto, una joyita de OConnor

Recuperamos un disco de 2012, una revisión de clásicos del rock a cargo de un gran vocalista del metal argentino.

El heavy metal vernáculo tiene fama de ortodoxo. Las huestes suelen ser dogmáticas y, en ese respeto al manual de estilo, hay un valor muy fuerte, casi moral. Con V8 como hito inicial hay toda una saga marcada por cismas que tiene continuidad en bandas como Hermética, Almafuerte, Logos, Rata Blanca, Malón, Tren Loco y Horcas, entre otras, que son referentes del género. Pero es menester aclarar que estamos acotando la caracterización a una pequeña porción de ese gran campo musical que es el metal y sus derivados.

En este devenir, Claudio Castro aparece en escena como vocalista de Hermética. Ahí ya utiliza el O’Connor como seudónimo artístico. Cuando Ricardo Iorio rompe con V8, se lleva a dos muchachos de una banda llamada Mark I a la H: uno de ellos es el Claudio. Cuando se termina Hermética, el vocalista encara con sus ex compañeros el proyecto Malón, mientras que Iorio queda en la otra vereda con Almafuerte. Finalmente, en 1998, el seudónimo de Castro se convierte en el nombre de su banda.

Más de una década después, y con siete discos en su haber, este trabajo de OConnor marca un quiebre más que loable. Diez canciones que nada tienen que ver con el ecosistema del metal argentino. El plantel homenajeado incluye a Los Redondos, Charly García, Rolling Stones, Manal, Bob Marley, ¡Miguel Mateos!, The Doors, Almendra, Rod Stewart y Leon Gieco.

¿Cuál es el mérito del disco? Reconocimiento de influencias o invitación a salir del closet musical. Es interesante el trabajo de versionar todo ese material en clave metalera. Son todas joyas que rinden en muchos formatos, como en Otras canciones de Attaque 77, pero más notorio aún es el gesto transgresor hacia adentro del submundo. Porque García, Mateos o Bono son objeto de aborrecimiento por parte de las huestes. En ese sentido, siempre vamos a celebrar que los dogmas se pongan en discusión.

Tengo algunas favoritas:
«Touch me», de los Doors y editado originalmente en The Soft Parade (1969), invita a romper el machaque típico de gran parte del rock. Mantiene ese toque psicodélico orquestado con teclas y vientos, por cierto muy heterodoxo.
«Un gato en la ciudad», de ZAS, lo vamos a asociar a cierta “grasa pop” de los 80 pero tiene en su letra tópicos muy relacionados con la lírica metalera de la misma época: una persona solitaria, vagando por la noche en bares, la censura, la tristeza y el espíritu gregario.
Casi elijo la de Charly pero me quedo con “Forever Young”, de Rod Stewart y editada originalmente en 1988. Además de los colchones de teclas que dan un color pop a toda la canción, en su letra hay una buena onda, casi de bendición, de reconciliación.

Con todo respeto es el primer (y único) disco editado por Vorterix, en plena salida de Mario Pergolini de Rock & Pop, desembarcando en su revolucionario proyecto. De hecho, el disco y su contenido audiovisual se grabó en el estudio Norberto Napolitano de R&P, y el repertorio fue elegido por los oyentes.

En ese momento, OConnor estaba compuesta por Claudio O’Connor en voz, Iván Iñiguez en guitarra, Hernán García en bajo y Pablo Naydón en batería. Como músico invitado estuvo, entre otros, Walter Piancioli de Los Tipitos. Un disco más que recomendable, de muy buena factura musical y conceptual. Una invitación a romper prejuicios. Falso metal que le dicen.