Coberturas

Rock Salta 2011 | Misión cumplida

Las bandas del NOA se encontraron con un público dispuesto a escucharlos y coincidieron en seguir trabajando para construir una movida regional fuerte, además de dejar bien parado al rock de sus provincias.

Por Pablo Choke Torramorell – pchoke@rocksalta.com
Fotos: Violeta Gil – vgil@rocksalta.com

Una de los matices más interesantes que prometía este festival era acercar propuestas nuevas al público de la provincia, y lograr tal vez así una suerte de “cumbre” del NOA, regionalizando la oferta y tirando un par de ladrillos a lo que puede ser un gran puente que acorte distancias interprovinciales, para ello se invitó a 4 bandas específicas que harían las veces de representantes de su respectiva ciudad.

Así, de Catamarca vino La Maza, un cuarteto de Hard Rock en su estado más puro, trayendo una demostración fiel de cómo un género puede ser aprendido a la perfección –sin desertar ni alejarse casi ni por un segundo- y reproducido en bases progresivas con solos larguísimos de guitarras filosas que juegan con, al menos, una media docena de pedales. Los gritos son una constante, sin temor al resquebrajamiento ni a la redundancia. El público fue tomando confianza a medida que avanzaban los temas, y rompía esa distancia física que suele marcarse cuando sobre el escenario ninguna de las caras resulta siquiera familiar. Se los respetó y tal vez el público pasivo sea lo más favorable para una banda que cuenta con 14 años de edad y muchas canciones de diversas épocas para mostrar.

la maza

Al respecto de la realidad de su provincia, el bajista Lechu Herrera reconoció que el “semillero” de bandas está ampliando sus estilos y el público está cada vez más abierto a recibirlas. “Es algo que le hace muy bien a la movida, por suerte hubo un cambio de autoridades en Cultura y eso genera muchas cosas, se están haciendo recitales en plazas donde tocan muchas bandas, y veo pibes menores de 20 años trabajando muy bien. A nosotros nos ayudó con la combi ahora para que vengamos a tocar aquí y se comprometieron a ayudar para organizar un evento que tenga características como éstas. Hay que hacer esas movidas”, explicó.

Los encargados de traer el rock santiagueño fueron Avemanthra, un puñado de individuos con tanta calma como experiencia. A dos guitarras dominaron el escenario con bases que iban desde lo progresivo hasta el metal, bases fuertes de la vieja escuela y un cantante muy seguro para trabajar sobre ello. El horario para su set tenía el peso extra de ser el decisivo para quebrar la noche en dos, es decir: apenas había pasado la medianoche y los que ingresaban tarde se encontrarían con un público completamente captado por el show, o uno deambulante que tomaba energías para lo que faltaba. Lo supieron aprovechar y pasaron de un silencio respetuoso a una ovación fructífera.

avemanthra

Su guitarrista Pablo Villalba reconoció que en Santiago del Estero las cosas están comenzando a cambiar: “La subsecretaría de Cultura apoya lo que es el trabajo de AMUISE (Asociación de Músicos Independientes de Santiago del Estero) y trabajan en manera mancomunada, por ahí financian alquiler de locales, pago de servicios de sonido; y toda la puesta restante la hace la Asociación”. Sobre esa idea, su cantante Diego Abdala amplió: “hay crecimiento, nosotros tenemos que recalcar que el encuentro de hoy, de bandas del NOA, es muy importante para todos porque así nos estamos conociendo personalmente, no solo por internet o por lo que podemos escuchar, sino también sirve para intercambiar ideas, pensamientos, fechas, ver cada una en qué anda y así acercarnos después a esos lugares”. Y satisfecho por los resultados agregó que “la gente está muy abierta, tanto las bandas nuevas con nuevos estilos como el público que está dispuesto a escuchar las diferentes propuestas. El compromiso de las bandas está, y de la gente, solo falta que económicamente exista una posibilidad de concretar grandes eventos”.
En una época era común encontrar bandas tocando Hard Rock en el circuito norteño del país, es elogiable que estas dos bandas de aquella cosecha mantengan vivo ese espíritu y hayan trabajado concretamente sobre una evolución del género. Párrafo aparte para el gran detalle de Sandro Ulla, guitarrista de la banda, que se puso la remera de la banda santiagueña 1000 mother faca.

Gallega tuvo que hacer lo propio por Jujuy, aunque el trío tuvo una noche bastante más “localista” que las dos anteriores, tal vez se deba a la poca distancia geográfica entre las ciudades, o a que no era su primera presentación en Salta, o si nos ponemos pretensiosos podríamos decir que por el género que tocan; pero en definitiva, su comodidad era tan palpable como las ojotas con las que tocó su bajista Luis Bernal. Lo cierto es que  dieron un set de 9 temas, con una recepción impecable de un público que se desvanece a las guitarras del rock and roll como no lo hace con ningún otro estilo. Su guitarrista Juan Acosta es un alumno pródigo de la escuela Mollo (indirectamente de Hendrix, hasta lo plasmó en su remera) y tiene un dominio increíble de sus arreglos. Salieron a romperla con canciones cantables y bajando los decibeles que había dejado dando vuelta Kratos. Su carrera tomó un ascenso muy evidente y las fechas le indican que el impulso hace tiempo los hizo dejar de ser una banda chica más.

gallega

El cierre del festival fue para los tucumanos Karma Sudaca, que siguen de festejos interminables por sus 15 años y de festivales saben mucho. Su teatral cantante Tony Molteni dijo “en todos estos años de carrera no vi nada como esto, una movida tan grande, tan bien armada y que apuesta a las bandas locales. Tenemos que cuidarlo mucho y sentirnos orgullosos de lo que está pasando”. Al tratarse del cierre no quedaban dudas que el público que se bancó las casi 11 horas de atracción (¡incluso hasta ya habían sorteado la guitarra!) estaba ahí para ver lo que iba a pasar y probablemente conocía a la banda. Con 10 temas hizo un recorte transversal por sus discos y eligió los temas que trascendieron los límites tucumanos y poco a poco se convirtieron en hits innegables. El cuarteto trajo toda la artillería que suelen usar, con popurrí esperable, mosh sobre el final de “Furia Calchaquí”, los solos móviles del colorado Vernieri y las miradas sobreactuadas de un cantante embanderado en lo agudo.

Fueron 5 provincias unidas en un show, 4 bandas invitadas en una noche histórica para Salta, y un DVD próximo a salir que contendrá un compilado que demostrará cómo se rockea aquí en el norte.

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